lunes, 15 de junio de 2015


CEMENTERIO MUNICIPAL DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE MELILLA


Esta descripción e historia del cementerio municipal de la Purísima Concepción nos ofrece ocasión nuevamente a desentrañar algo de lo mucho que tiene de legendario, el venerable Promontorio Melillense, que un día del mes de septiembre de 1497 fue escalado con intrepidez por los soldados de España






El primer enterramiento de que tengamos noticias es de 1632 en la Iglesia de San Miguel, del Alcaide don Luis de Sotomayor; que el 8 de mayo se comenzó a inhumar en la ermita de Nuestra Señora de la Victoria, extramuros y que el 10 de mayo de 1664 se enterró por primera vez en la actual Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, desde esta fecha se efectuaban los enterramientos indistintamente en la Iglesia y en la Ermita hasta diciembre de 1689, fecha desde la cual no se hicieron ya más en la segunda.
Había en la Iglesia una bóveda donde se daba sepultura a los Gobernadores y Veedores y a los individuos de su familia.
Los cofrades de las diferentes Hermandades tenían también las suyas y el resto de la población se enterraba en el atrio.
Una epidemia habida en el año 1751, motivó que el Vicario don Miguel Moreno solicitase del obispado de Málaga, autorización para bendecir y dedicar a cementerio un terreno inmediato a la Iglesia, y no siendo bastante se pidió y fue concedido el solar llamado de la “Tahona” que se bendijo el 15 de octubre de 1763.

         Años más tarde en 1787 se construyó un nuevo cementerio en las proximidades del fuerte de San Carlos. Santificado el 7 de diciembre del mismo año, por el Vicario don Francisco Muñoz Gómez, enterrándose el primer cadáver el día 9 de dicho mes, pero con la particularidad de continuar inhumando en la Iglesia a las personas de distinción y hermanos de las distintas cofradías
Ampliados los límites del territorio de soberanía de Melilla y ante el constante aumento de población, por Real Orden de 27 de noviembre de 1889 se aprobó la construcción de un nuevo cementerio católico en el paraje conocido como Rambla del Agua.
 Los trabajos se iniciaron en el mes de diciembre de 1890 y fueron puestos bajo la advocación de la Purísima Concepción. Se inauguró el recinto el primer día del año 1892 con gran solemnidad.
Al igual que ocurriera en el antiguo cementerio de San Carlos, al lado de éste también se levantaría un nuevo cementerio israelita que fue inaugurado el 2 de febrero de 1894. 






El rápido crecimiento de la población melillense motivó la ampliación del campo santo de Melilla, bendiciéndose nuevos patios el 7 de abril de 1906, el 8 de mayo de 1911, 4 de enero de 1912, así como en septiembre del año 1916. Posteriormente también ha experimentado nuevas ampliaciones y reformas., teniendo aproximadamente una extensión de unos 50.000 metros cuadrados y en él están enterrados alrededor de 12.000 militares.
Junto algunos panteones de familias melillenses, el cementerio acoge varios mausoleos militares recordatorios de pasadas campañas, los denominados de Margallo, de los Héroes de las Campañas, Aviación y los dos de Regulares son auténticos monumentos funerarios y señeros hitos que marcan profundamente la fisonomía de la necrópolis.



                                                     Entrada principal al Camposanto


El Panteón de Margallo
Debe su realización a los primeros tenientes D. Bernardo Manzano Valdés y D. Manuel Guió Fernández, del Batallón Disciplinario de Melilla, y el de igual clase D. Carlos Peñuelas Calvo, del Regimiento de Toledo, que tomaron la iniciativa en una empresa verdaderamente patriótica. Propusieron dichos oficiales que se construyera por suscripción un mausoleo para reunir en él los cuerpos de los españoles muertos en el campo de batalla desde el día 2 de octubre de 1893 hasta que terminaron las hostilidades contra los moros. La idea mereció un unánime aplauso, y fue acogida entusiásticamente por las tropas.
La primera reunión para llevar a cabo tan extraordinario proyecto se realizó en los salones del Círculo de la Amistad, quedando nombrada una junta encargada de llevar a la práctica tan hermosos pensamientos, la cual se componía de los oficiales que a continuación se expresan:
Presidente: D. Isidoro González, capitán de Artillería.
Vocales: D. José Muñoz, capellán del Batallón Disciplinario.
D. Juan Santiago, capitán del Regimiento de Toledo
D. Antonio Barrio, oficial 1º de Administración Militar
D. Bernardo Manzano, primer teniente del Batallón Disciplinario
D. Senn Maldonado, teniente de Ingenieros
D. Carlos Peñuelas, primer teniente del Regimiento de Toledo
D. Miguel Franco Romero, teniente de la sección de Cazadores de Melilla.
D. Miguel Guiao, primer teniente del Batallón Disciplinario
D. Manuel Losada, primer teniente del Regimiento Infantería de África  
Secretario: D. Juan Coig, primer teniente del Batallón de Cazadores de Tarifa.

Esgrimían estos oficiales que no era justo, ni humano que continuaran esparcidos por el campo de Melilla los restos gloriosos de tantos héroes. En las puertas del fuerte de Cabrerizas Altas yacían varios soldados que ni siquiera tenían su nombre sobre las improvisadas sepulturas. En el foso del mismo fuerte descansaban, en sepulcro harto provisional, el sargento Quesada y cinco soldados del Disciplinario, y en unión de los primeros tenientes de Extremadura D. Vicente García Cabrelles y D. Teodoro Valverde Menachar. Estos oficiales dieron muestras de maravilloso valor. Cabrelles salió del fuerte cinco veces seguidas (siempre voluntariamente) al frente de una veintena de los suyos, ansioso de abrir camino en la infranqueable barrera opuesta por el fuego enemigo durante el día 28 de octubre de 1893, a los refugiados en Cabrerizas Altas. A la quinta salida, pereció. Si no hubiese muerto, la Cruz Laureada de San Fernando, habría sido pequeña recompensa de tan tenaz heroísmo y de tanto pundonor militar.

                                                  Panteón de Margallo

Fue un nobilísimo propósito que se realizó gracias a una suscripción pública en 1896 con el nombre de Panteón de Víctimas de las Campañas, conocido hoy día como Panteón de Margallo. Posteriormente, el 31 de diciembre de 1900, se efectuó la solemne traslación de los restos, exhumándose el día anterior los muertos que reposaban en el antiguo cementerio de San Carlos. Igualmente los de aquella Campaña que fueron provisionalmente enterrados en los fosos del Fuerte de Cabrerizas Altas y Fuerte de Rostrogordo.
Posteriormente se enterraron en él, los caídos en los combates de Ait Aisa, Sidi Musa, Sidi Hamed el Hach, Barranco del Lobo, etc., durante la Campaña de 1909.

Panteón de los Héroes de las Campañas
Es el más importante de los mausoleos. Puso su primera piedra el Rey Alfonso XIII el 7 de enero de 1911, durante su segunda visita a Melilla.
Llegó acompañado por los generales: José García Aldave (Capitán General de Melilla),  José Gómez Sánchez, Julián González Parrado, Salvador Arizón, Pedro del Real, Francisco Gómez Jordana, Francisco Larrea y Joaquín Carrasco.
En el cementerio le esperaban el Presidente del Consejo don José Canalejas y los Ministros de la Guerra, don Ángel Aznar, y de Marina don Diego Arias de Miranda.
Proyecto de José de la Gándara, capitán de Ingenieros, que supo ofrecer hermosa realización al pensamiento de la Junta de Damas, presidida por S.M. la Reina Victoria. José de la Gándara dirigió las obras hasta diciembre de 1914 en que por destino a la Península pasó a dirigirlas el también capitán de Ingenieros Tomás Moreno Lázaro.
El conjunto es grandioso, siendo la seriedad de las líneas, la majestad del dibujo y la sobriedad del adorno, elementos de arquitectura funeraria que el Sr. Gándara manejó con verdadero acierto. Externamente, lo sobriedad de sus líneas y la proporción de sus dimensiones hacen de esta obra funeraria un conjunto bello y armónico.
Una amplia escalinata conduce a la entrada del Panteón, en arco de medio punto. A izquierda y derecha se abren unas escaleras que dan acceso a sendas galerías de nichos (la mayoría de los muertos en estos nichos fue debido al desembarco de Alhucemas) y a la parte superior del Panteón, donde una estructura de piedra, que integran cuatro claraboyas que dan luz al interior donde está situada la cripta.


                                                Panteón de  Héroes

Las cenizas de las primeras víctimas están en la amplia cripta, de acuerdo con la inscripción que se lee al pie de la cruz. Remata el monumento un simbólico y monumental Ángel Alado, mantenedor del laurel de la victoria y de la palma del martirio, mientras que en un extremo destaca el emblema de la Cruz Laureada de San Fernando.
Fue en el mes de diciembre del año 1924 cuando se comenzó a instalar el monumental Ángel en la parte superior del Panteón. Este Ángel, de bronce, se terminó de ubicar a principios de enero del año 1925 y fue costeado con los fondos de la suscripción “Melilla”. También con parte de la referida suscripción fueron costeados diversos ornamentos para celebrar el santo sacrificio de la misa en el altar instalado en el mencionado panteón.
Este Ángel, cuyo modelo fue realizado por un artista de Stuttgart y ejecutado por el procedimiento galvanoplástico, por la empresa Wúrttmbrgische Metallwrenfabrik, de Geislingen.
Tiene una altura total de 3,30 metros con el casamiento, y la figura es de 2,20 metros, siendo la distancia entre puntas de las alas de 2,10 metros. Pesa 1.200 kilos, y el espesor del metal, es de 15 m/m. Costó 20.000 pesetas “Franco-bordo-Melilla”
Erigido este panteón con fondos de la suscripción nacional  abierta por la Asociación de Señoras Caritativas, fundada por la Reina Victoria Eugenia para atender a las víctimas de la Campaña del Rif de 1909. Parte de estos fondos se entregaron a la Comandancia General de Melilla con el fin de levantar un Mausoleo donde descansaran los fallecidos en las Campañas. Fue bendecido el 8 de junio de 1915 por el Vicario Eclesiástico, don Miguel Acosta. Presidió la ceremonia el General Villalba, con su ayudante Comandante García Álvarez y el capitán de Ingenieros (continuador de las obras) Sr. Moreno Lázaro.
Los restos de los defensores del Blocao de Dar Hamed, (El Malo, o de la Muerte) pertenecientes a la Brigada Disciplinaria y Tercio, fueron sepultados en el osario de tropa del Panteón de Héroes el día 9 de febrero de 1924. En el libro 13, página 686, están los nombres de los pertenecientes al Tercio.
El traslado de los restos, que había enterrados por los distintos cementerios eventuales del Protectorado de España en Marruecos de los que fueron exhumados los restos mortales, fueron enterrados en este Panteón, se verificó transcurrido el tiempo reglamentario y revistió una gran solemnidad. Estos cementerios se hallaban en las siguientes posiciones y campamentos:
Hardú, Casabona, Tahuima, Tauriat-Zag, Rauriat-Buchit, Tumiat-Norte, Atlaten, proximidades de San Juan de las Minas, Zoco el Ach, Huerta de S.E., Tizza, Yazanen, Tifasor, Sammar, 2ª Caseta, Sidi Hamed el Ach, Sidi Musa, Sidi Alí, Zaio, Kaddur, Izhafen, Ras Medua, Tauriat Hamed, Zoco el Arba, Restinga, Harcha Alto, Yadumen, 3ª Caseta, Cabo de Agua, Ait Gamara, Igueriben, Tuguntz, Yebel Ben-Hidur, Sidi Hosain (Afrau), Farha, Axdir Azús, Mon. Mimúns Uguas, Afsó, Anual, Buermana, Buhafora, Telatza de Eslez, Quebdani, Tisingar, Timayast, Tar-Saf, Kandussi, Sidi Mesaud, Yebel Udia, Posición B, Dar Busada, Reyen, Boquete Eslef, Tizi Alma, Loma Roja, Zoco T’lata de Bu Beker, Tasarut u Chaib.
En septiembre del año 1926 se enterraron los restos de los oficiales y soldados muertos en Alhucemas durante el cautiverio (tras el Desastre de Annual), en una gran fosa que existe junto a este Panteón de Héroes.  
Así mismo, el 15 de septiembre de este mismo año, los restos de los defensores de Igueriben recibieron sepultura en un nicho de dicho Panteón, y al acto asistió la viuda del Comandante Benítez. Nicho que fue cubierto con una lápida, costeada por la propia viuda, en la que hay grabada la siguiente inscripción: Restos mortales de los héroes defensores de la posición de Igueriben, que al mando del comandante de Infantería D. Julio Benítez y Benítez, prefirieron morir a rendirse, el 21 de Julio de 1921.
Posteriormente en un acto de gran emotividad se terminaron de enterrar los restos que había en cementerios provisionales del Protectorado (ocurriendo esto el día 2 de agosto de 1929) y entre los mismos venían los del Comandante Benítez.
Y fue durante los meses de agosto, septiembre y octubre de 1949 cuando recibirían sepultura los restos del cementerio de La Cruz de Monte Arruit en la cripta del monumento, donde se contabilizaron más de 3.000.cráneos.
En las dos fosas comunes que existen al pie del monumento, fosas conocidas hoy día como “Las Animas”, donde fueron enterrados restos que se encontraron posteriormente.
En este Panteón de "Héroes" están enterrados otros 22 laureados.
A las 12 horas del viernes 5 de junio de 2015, con motivo del centenario de la bendición de este Panteón, y coincidiendo con la Semana de las Fuerzas Armadas, la Comandancia General de Melilla realizó un emotivo y merecido acto en el cual colocaba un placa conmemorativa.
Un acontecimiento que concitó a un gran número de militares y civiles. Presidió el acto el Comandante General de Melilla don Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, que estuvo acompañado por el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla don Juan José Imbroda y el delegado del Gobierno don Abdelmalik el Barkani entre otras representaciones militares y civiles.

                  
                                                       Ángel del Panteón de Héroes

EL DISCRETO HOMENAJE A UNA HERENCIA GLORIOSA
Mucho se ha escrito y mucho más habrá de escribirse, acerca del día en que nuestra Legión fue fundada por Millán Astray. Cada 21 de septiembre, los medios de comunicación de Melilla han reflejado de forma tradicional esos entrañables actos que año tras año se celebran en el acuartelamiento del 1º Tercio de la Legión, en Cabrerizas.
Mi condición de visitante de esta hermosa ciudad, unido por razón de matrimonio con una melillense, me hizo un buen día ser honrado con la visita a La Legión, de la mano de dos conocedores a fondo de la historia, gestas y hechos  de la Comandancia General de Melilla, D. Manuel Tomás Galán y D. José Antonio Cano Martín, que con su erudición me asombraron con la amena y detallada explicación de la rica historia que nos rodea. Esto me llevó, como no, a convertirme, con los años en un incondicional del Homenaje a la Fundación de la Legión, cada 20 de septiembre, al que siempre trato de acudir, desplazando cualesquiera compromisos para no faltar en tan señalada fecha.
Sin embargo, el regusto de satisfacción de los asistentes al acto castrense, que se llevan la mejor de las impresiones con el afecto y gallardía que las Damas y Caballeros Legionarios despliegan con los visitantes,  hacen casi pasar desapercibido uno de los actos más emotivos e íntimos que tienen lugar en Melilla a la mañana siguiente.
Es el día 21, verdadero colofón de unos días de celebración y fiesta, cuando en el Cementerio de Melilla, con el Panteón de La Legión como protagonista principal, acoge el lugar señalado para un nuevo acto castrense: El Homenaje de La Legión a sus Caídos.
Si el amable lector acude cada mañana de 21 de septiembre al pequeño cementerio melillense, última morada para tantos héroes anónimos y conocidos, se encontrará con una alegre profusión de camisas verdes y chapiris legionarios. La Legión está en el Camposanto y por algo será.
Una vez dentro, nos acercamos junto al Panteón legionario a cuyo alrededor se concentran ya los oficiales del Tercio, prestos a rendir honores a todos aquellos de los suyos, legionarios, que cayeron en el cumplimiento de un deber sagrado. Se encuentra formada la banda de guerra del Tercio y un pelotón de fusileros. De súbito el cornetín de órdenes manda firmes. Un silencio imponente se adueña del lugar y militares y civiles se unen en un sentimiento profundo de respeto y orgullo por el sacrificio de aquellos a los que hoy honramos. Suena “El Novio de la Muerte”, crisol y síntesis del espíritu legionario y  nada se mueve, todo es silencio aparte del canto que surge de cien gargantas como de una sola.
Sin dar tiempo a recuperar la emoción del momento, es entonces cuando un capellán castrense reza una sencilla oración, la que los vivos dedican a los muertos, la que todos enviamos con fervor a unos hombres que supieron vivir, pero que mejor supieron morir.
El Honor a los Muertos, el toque de oración y los fusiles que disparan hacia el cielo son el epílogo de un sentido homenaje, discreto y cálido que rinden todos los Caballeros y Damas legionarios a los suyos.
Es un homenaje discreto, profundamente legionario, donde los civiles que nos unimos a ellos con respeto y admiración formamos con esa marea verde oliva un todo común. No hace falta hablar, ellos lo saben; unos pocos, venidos adrede o espectadores de fortuna que vinieron a visitar la última morada de los suyos, dejamos nuestro quehacer porque La Legión nos quiere con ellos y les acompañamos con gratitud.
Pero para este humilde forastero no deja de ser un hecho curioso el comprobar como ese acto sencillo y profundo no tiene el reflejo en los medios de comunicación melillenses, casi nadie lo sabe y en cambio es este acto militar el compendio de virtudes y glorias que han honrado y honran a nuestra querida Legión española.
Quizá es mejor así, seguir siendo un pequeño homenaje pues no es un acto pomposo ni con pretensiones. Es un reconocimiento humilde a lo más grande que tiene un hombre, la renuncia a la propia vida por un glorioso Ideal. ¡La Legión sabe de ello!           Manuel Ramos Boronat


Tumba de la R. A. F.
El jueves 15 de junio de 1944, un hidroavión de la RAF, perteneciente al 202 Escuadrón y matricula JX258, que efectuaba una misión de vigilancia en el Mediterráneo, se estrelló en la Península de Tres Forcas.
El accidente que se produjo a las 1`20 horas de la madrugada, tuvo lugar junto a la carretera que conduce al faro de Tres Forcas, chocando el avión contra el talud de la misma, explotando e incendiándose instantáneamente. Su tripulación compuesta por nueve hombres murieron en el acto.
El accidente se localiza a unos 6'2 kilómetros contados desde el antiguo puesto fronterizo de Tres Forcas de Melilla, justo encima de la carretera (pista), lugar situado aproximadamente en la vertical del Morabo de Takak.
Al día siguiente fueron enterrados en el cementerio de la Purísima Concepción de Melilla, en la Parcela nº 2 (ampliación). La tumba fue costeada por el Ejército del Aire español, cediéndosela a perpetuidad a la RAF por acuerdo Municipal del mes de septiembre de 1949.


La capilla del cementerio
La capilla del cementerio de la Purísima Concepción, ocupa un lugar preferente del primer recinto, inmediatamente después de un breve camino entre cipreses, frente a la puerta de entrada.
Dicho sacro lugar, es de una sola planta de traza rectangular y de reducidas dimensiones. Se penetra en la capilla, por varios peldaños y su interior está severamente decorado y su gusto y estilo es moderno después de su última restauración.
El altar ocupa un pequeño ábside, donde se venera una bella imagen de la Inmaculada Concepción. La mesa, frontal, gradas y sagrario, son de mármol blanco. También posee diversos aparatos de luz eléctrica, que artísticamente instalado, iluminan la capilla en los actos del culto (penden del techo dos vistosas arañas de cristal).
El exterior de esta capilla, es sencillísimo y en el frontis una “campana” con su triste tañido anuncia la entrada de cuantos rinden tributo a la muerte.
Aparte de esta capilla principal y única diríamos, tiene esta necrópolis algunas capillas menores o más propiamente altares para celebrar:
- En el Panteón de los Héroes de las Campañas de 1893 (conocido como Panteón de Margallo).
- En el Panteón de Héroes de las Campañas.
- En los Panteones de los Grupos de Regulares de Melilla nº 2 y de Alhucemas nº 5.
- Los de las familias de los señores Montes y de Espinosa.
Como datos complementarios, añadiremos que las guerras obligaron a improvisar cementerios alrededor de los campamentos militares en el Protectorado de España en Marruecos. Mereciendo citarse el de la Segunda Caseta, que quedó totalmente cubierto por las aguas al abrirse la Bocana de la Mar Chica, en el año 1910. Así como los de Monte Arruit, Zeluán, La Restinga, Nador, Ishafen, Cabo de Agua, Hardú, etc.




CEMENTERIO HEBREO
El primer dato que poseemos de los enterramientos de la Comunidad Judía de Melilla (que aparece configurado por D. Francisco Mir Berlanga) data del año 1860 en que se crea una parcela separada por un muro del Cementerio de San Carlos y que estaba situado junto al Fuerte de este nombre.
El 1 de enero de 1892 se inaugura el nuevo cementerio de la Purísima Concepción y junto a él se construyó una parcela para la Comunidad Judía.
El número de israelitas enterrados en el cementerio de su comunidad, es de 2.779, ignorándose el número de los que están inhumados en el viejo cementerio judío, junto al de San Carlos. No ha podido ser eliminado por los preceptos de la Ley Mosaica. Estos preceptos prohíben el traslado de cadáveres y de restos humanos.
Se trata de una parcela de unos trescientos cincuenta metros cuadrados. En ella pueden reconocerse unas veinte tumbas con inscripciones y fechas del siglo pasado.
El cementerio actual ha sido ampliado en varias ocasiones. En la actualidad existen problemas ya que el espacio disponible es mínimo.
En este nuevo cementerio, reposan los restos mortales de Yamin Benarroch, cuyo sepelio constituyó una gran manifestación de pesar de todas las comunidades, y las de León Levy Bendahan melillense muy relacionado con la Cruz Roja y con la cultura.


                                                                                                                    Melilla, 10 de junio de 2015

José Antonio Cano Martín

lunes, 5 de agosto de 2013

Carta a mis paisanos: Propuesta de libro de recuerdos del antiguo Protectorado español en Marruecos

      CARTA A MIS PAISANOS: Propuesta de libro sobre el Protectorado

   Hola paisanos, he descubierto no hace mucho los cuatro grupos: Melilla, Fotos del Protectorado, Fotos antiguas de Melilla y Club de hijos de Melilla.
     Estos entrañables grupos corresponden, tanto a actuales residentes en Melilla, como a los de la diáspora que, por distintas razones, emigraron a varios lugares de la Península. Se unen a estos grupos los que vivieron en el Protectorado y que, a causa de la independencia de aquel país, se vieron obligados a buscar nuevos horizontes. Se han creado numerosas casas de Melilla, de Villasanjurjo(Alhucemas) de Larache, de Arcila, de Chauen, de Tetuán, de Nador etc. que no se resisten a que su memoria y la de sus antepasados, hayan quedado sepultados en aquellas tierras en las que se desarrolló nuestra juventud. Mantienen viva, a través de estas casas, la llama encendida del recuerdo, y por qué no, de la nostalgia. Unos cuantos miles aún residen en Melilla, permitiendo que ese bastión siga siendo profundamente español.

    En  Octubre si Dios quiere, Inchal-lah, cumpliré 80 años. De 2010 a 2013 he escrito cinco novelas en las que  por lo menos, dos y media, están dedicados a mis recuerdos africanos, pero por mi edad, y también, por los pocos que ya vamos quedando vivos para contar nuestras batallitas, se va haciendo más difícil aumentar la gran documentación que existe, en su mayoría histórica, pero escasa de las vivencias de los actores principales que somos nosotros. 

    Por ello, se me ha ocurrido facilitaros mi correo, que es:albertoboutellier@hotmail.com, a él se puede dirigir, todo el que tenga algo interesante que contar en un espacio no superior a dos páginas (salvo que la historia a detallar requiera más extensión). No existe discriminación ni de religión, ni de género ni de ningún credo político. Tras leer, todas y cada una de las historias que me contéis, realizaré un guión, dando un estilo literario a lo recibido y en pocos meses podré editar el gran libro de recuerdos que todos quisiéramos tener de nuestra tierra.

   Cubierta de una de las obras de Alberto Boutellier

    Este libro acogería, al mismo tiempo, todas las fotografías históricas que estén en vuestro poder, y por supuesto, en los créditos y en los capítulos el nombre de la persona que lo ha escrito. Es un trabajo que me hace mucha ilusión iniciar. Tengo el tiempo suficiente y la lucidez precisa, para ofrecer el resultado de un trabajo concienzudo, que sin duda os va a gustar. Solo espero que mi propuesta tenga eco en las más de dos mil personas procedentes o residentes en Melilla y exProtectorado.

Un fraternal abrazo a todos y todas, Alberto Boutellier Caparrós  


jueves, 31 de mayo de 2012

VISTA PANORÁMICA CENTENARIA DE LA ZONA DE ALFONSO XIII - MELILLA

Este boceto de autor anónimo datado el 5 de junio de 1912 y realizado desde el Fuerte de Camellos de Melilla, recoge   una panorámica con el Monte Gurugú como telón de fondo. Apareciendo en primer plano de izquierda a derecha:2.- Taxi el Arbi; 3.- Kol-la; 4.- Hardú; 5.- Basbel;6.- Magel Manin; 7.-Sidi Salah; 8.- Fortín de Alfonso XIII; 9.- Estación Radiotelegráfica.- 10.- Pabellones de madera;11.- Pabellones de mampostería;12.- Casas particulares; 13.- Collado de Hardú y 14.- Pabellón Regio, donde se alojó el Rey Alfonso XIII en el transcurso de su visita en 1911 a la zona de Melilla.   



domingo, 25 de marzo de 2012

EL TEBIB ARRUMI, Don Víctor Ruíz Albéniz



                                          Víctor Ruíz en la casa del Kaid Checha, en Cabo de Agua.
                                              A la derecha aparece el también periodista Peris Mencheta, año
                                              1909.
D. Víctor Ruíz Albéniz, médico, periodista y descrito en su época, como “cronista oficial del franquismo”, nace en Mayagüez (Puerto Rico), en el año 1885 y fallece en Madrid, a los 69 años. Conocido por los pseudónimos “Tebib Arrumi”, “Chispero”, “Acorde”, “Doctor Cito”, “Don Sincero” y “Bargas”, siendo quizás el primero de ellos el más famoso y siendo con el que firmaba sus crónicas de guerra, y el cual al parecer, se lo puso D. Cándido Lobera, Director y propietario del rotativo “El Telegrama del Rif”. Víctor Ruíz Albéniz, era hijo de D. Víctor Ruíz Rojo y de doña Clementina Albéniz Pascual, matrimonio del cual hubo dos hijos, Víctor y Sara Ruíz Albéniz. Tras el fallecimiento de D. Víctor Ruíz Rojo, padre de Víctor Ruíz Albéniz, la familia, regresó a España en 1881.

“Tebib Arrumi”, era también a su vez sobrino del compositor catalán, natural de la población de Camprodón (Gerona), D. Isaac Albéniz Pascual, que era el hermano menor de su madre, es decir de doña Clementina, cosa que le haría heredar cualidades para la música. De hecho, atendió a su tío, el compositor Isaac Albéniz, a causa de la enfermedad que le causó la muerte en 1909.

“Tebib”, era la palabra con la que designaban los rifeños a los médicos en aquella época. De hecho, el ser “Tebib” o artillero durante el conocido “Desastre de 1921” con la caída aquel verano, de la Comandancia General de Melilla causada por Abd-el-Krim el Jathabi “El deseado”, “era un pasaporte a conservar la vida durante aquel sangriento período de nuestra historia militar. “Tebib Arrumi”, pueda ser la traducción de “médico cristiano”.
Tal y como cita D. Francisco Saro, el entonces médico, D. Víctor Ruíz Albéniz, llega a Marruecos como galeno de la “Compañía Minera del Rif” allí por el año 1908, desde donde empezó a enviar artículos periodísticos como corresponsal de guerra. Cabe decir que si bien estudió medicina, la actividad en el ejercicio de la misma, fue más bien escaso o nulo. D. Francisco Saro, y referente a la llegada de Ruíz Albéniz a Melilla, escribe que esta se produce en el año 1909, arribando a la misma como periodista del “Diario Universal” aunque ejercerá más como médico que como periodista debido a la campaña que el Ejército español sostenía con los rifeños, distinguiéndose en la atención a los heridos que causó la denominada “Carga de Taxdirt” y sobre la que escribiría posteriormente. De personalidad extrovertida y gusto personal en el trato con toda clase de personas, le hizo adquirir notoriedad entre los rifeños. Dos años más tarde, en 1910, contrae matrimonio con doña Julia Gallardón.

Publicó artículos en “El Telegrama del Rif” ya en 1909, de hecho, el miércoles 6 de enero de 1909, como “colaborador”, publicaba uno titulado “Los buenos. Caridad”. Otro de sus artículos, aparecía en primera hoja de dicho rotativo Melillnese, titulado “En Madrid. El problema rifeño”, el 14 de abril, otro el día 24 de junio, constando entre paréntesis que colaboraba con “Diario Universal”, titulado “España en el Rif, el problema político”, otro en fecha 15 de septiembre titulado “La operación Larrea”, todos ellos, durante el año 1909. Como corresponsal del guerra, colaboró con “Diario Universal”, del que llegaría a ser redactor-jefe y subdirector, e “Informaciones” el cual dirigió desde 1924 a 1936, e informaba de la marcha de las Campañas de Marruecos en 1909 y 1922. En este último, usando los “alias” de “Chispero” y “Acorde”, había escrito columnas municipales sobre Madrid y críticas musicales respectivamente. Trabajó también como cronista de “ABC”.
Al estallido de la guerra civil, los periodistas conservadores que han logrado huir de Madrid, se reúnen en San Sebastián en el otoño de 1937, constituyéndose la nueva “Asociación de Prensa”, sustituyendo a la incautada en Madrid por las autoridades republicanas, nombrándose una directiva de la que D. Víctor Ruíz Albéniz, fue nombrado presidente, cargo en el que estaría hasta febrero de 1944. Su defensa de los generales Sanjurjo y Millán-Astray durante las Campañas del Rif y del resto de militares “africanistas” a los cuales enaltecía y se quejaba del gobierno, cosa que le causó problemas con el gobierno republicano, fue la causa de que al producirse el denominado “alzamiento nacional del 18 de julio”, que fuese nombrado “corresponsal de guerra” del Estado Mayor del General D. Francisco Franco y agregado a su Cuartel General. Cabe decir que al General Franco le agradaba el tono grandilocuente de las crónicas de guerra de D. Víctor Ruíz Albéniz, el cual, también y durante la guerra civil, hizo crónicas radiofónicas.


Entre 1939 y 1944, dirigió “Hoja del Lunes”. El 9 de junio de 1943, fue nombrado “Cronista Oficial de la Villa de Madrid”.
Todo y ser un periodista fiel al franquismo, intentó ser contrario a que la Asociación de Prensa, fuera controlada por los militares. Dicha asociación, se había incorporado en 1942, al sindicato del “Papel, Prensa y Artes Gráficas”, siendo su inicial oposición a esta medida, cosa que finalmente aceptó, la causa que le costaría perder la Presidencia de la misma. Ocupó también otra Presidencia en la Fundación del Montepío de Toreros.
Su obra, que se podría encuadrar entre los años 1910 a 1950, se podría resumir en 33 libros y más de 50.000 artículos periodísticos. De los primeros, se podrían citar, “La Campaña del Rif, la verdad de la guerra”, “El Riff: estudio de un español en el Norte africano” (1912), “Tánger y la colaboración franco-española en Marruecos” (1927), “Ecce Homo” (1928), libro escrito en defensa de D. Dámaso Berenguer, “La conquista de Vizcaya” (1938), “Pérdida y reconquista de Teruel, batalla del Alfambra” (1939), “Crónicas de Guerra” (1939), “Leones en el Guadarrama” (1940), “Áquel Madrid, 1900-1914” (1944). Como novelista, “¡Kebib Rumi!: la novela de un español cautivo de los rifeños” (1921).

Sus propios compañeros, dada su producción literaria, le consideraron una de las mejores “plumas periodísticas españolas” del siglo XX, recibiendo el premio “Rodríguez Santamaría en 1946 y siendo nombrado “Periodista de Honor”, en 1953.

Este hombre que en 1909, fue calificado por D. Guillermo Rittwagen, fotógrafo y publicista en temática norteamericana, como “periodista inteligente, africanista aventajado y doctor meritísimo”, conocido como “Tebib Arrumi”, D. Victor Ruíz Albéniz, falleció en Madrid, el 7 de febrero de 1954. Sus restos, recibieron cristiana sepultura en el cementerio de La Almudena (Madrid), a la mañana siguiente.

De D. Víctor Ruíz Albéniz, escribiría el periodista D. M. Sánchez del Arco, en el rotativo madrileño “ABC”, del 14 de febrero de 1954 y bajo el título “Ruíz Albéniz” (textual):

“…Por la brecha que desde 1909 a 1921 abrieron en el cuerpo nacional los contratiempos africanos, penetraron los agentes políticos que lograron la triste victoria de abril de 1931. Sin el barranco delo Lobo y las adversidades tácticas que empezaron en Igueriben y concluyeron en Monte Arruit, no hubiera sido como fue el curso de la historia contemporánea española. Y fue habitual en periódicos y periodistas de aquella época ennegrecer cuanto tenía relación con nuestros intereses en África. Así, años tras años. Cada campaña militar inexcusable tenía como respuesta una campaña de Prensa derrotista, estridente. Se tocaban con perfidia los resortes sentimentales, , y la calle ahogaba al Gobierno cuando los escasos estadistas que veían claro ensayaban una acción a fondo, frustrada hasta que las excepcionales circunstancias de 1925-27 permitieron la continuidad. Fue cuando en frase de Ramiro de Maeztu, “Primo de Rivera tuvo el valor de abandonar su abandonismo”. Y la paz llegó por mano de D. José Sanjurjo, cuya columna de 1921 había sido la vertebral del Ejército nuevo.

Desde 1908 Víctor Ruíz Albéniz residía en Marruecos. Aún no se habían producido en el seno de la imperial familia alauita la discordia que fomentaron potencias europeas. Aún Bu Hammara no había levantado su bandera de Roghi, aspirando al sultanato. Ruíz Albéniz, joven médico, amó al pueblo marroquí y defendió los intereses españoles que iban a poner en valor el territorio imperial. Defendió la concordia, y cuando la guerra se hizo inevitable, los que dirigían la campaña tuvieron en él excelente consejero, desinteresado, noble. Vinieron nuevas campañas. Pocos quedan ya de los que a África fueron sin prejuicios políticos. Enrique Arqués y el “Abate Busoni”, con Tomás Segado García, García Sañudo, en África; Gregorio Corrochano, Alfredo Rivera y Leopoldo Bejarano, entre los residentes en la Península, recordamos ahora, sin olvidar la pluma primorosa de Tomás Borrás, fueron los permanentes defensores de nuestra acción en África, que también tuvo el altísimo apoyo de don Manuel Aznar, en circunstancias críticas.

Para la opinión de aquellos años, tratar temas marroquíes, ser “africanista”, equivalía a rondar el ridículo. Periodísticamente, sólo se cultivaba lo sensacionalmente adverso. El gran éxito estaba en negar lo importante de nuestra misión y en menoscabar el prestigio del Ejército. Desde primero de siglo, y cerca de nuetsro embajador en Francia, señor León y Castillo, Gonzalo de Reparaz había defendido infructuosamente en el libro y en el periódico la extensión de nuestros derechos más allá, -¡mucho más allá!- de la estrecha zona que pudo conseguir don José Canalejas, continuador del conde de Romanones en esta dirección de nuestra política internacional.

Ruíz Albéniz fue un africanista de estilo directo. Su expresión periodística era clara, fehaciente. Conocía a los jefes, proclamaba sus virtudes. Iba creando en prosa llana el romancero que la acción militar necesitaba. Dio aliento popular a los hechos que a otros escapaban. De las mismas adversidades sabía sacar partido optimista.

Cuando la más injusta de las campañas escogió al ilustre general Berenguer como víctima, el tuvo el valor cívico de escribir “¡Ecce Homo!”, ardiente, justa y diestra defensa de un hombre por cuya muerte civil se buscaba herir a un régimen.
Fue un maestro de lo crónica de guerra. Alguna vez sufrió amarguras y trato no justo, pero ello no menguó su ardiente servicio a la causa de los intereses españoles en África. Su voz, durante la Cruzada, siguió al toque de clarín, que anunciaba los victoriosos partes oficiales. Encontraba la frase fulgurante, sencilla, que acotaba la acción de cada día, según el sentimiento popular. Así años tras años, “El Tebib Arrumi” de 1909, mantuvo desde 1936 a 1939 el fervor patriótico de los españoles, penetrando en la zona cautiva a la que llevaba el comentario civil que su fecunda y ágil pluma ponía a las escuetas afirmaciones castrenses del parte oficial.


En esa misma Kudia carpetana, donde hace unos días dejamos los restos de Millán-Astray, hemos sepultado ahora al “Tebib Arrumi”, enaltecedor del Ejército en una época en la que era triste gala profesar el antimilitarismo y negar los fundamentos de nuestra presencia en África. Almudena: Kudia bautizada hace siglos, nombre cuya raíz, bajo un manto de Virgen, dice mucho con aquella claridad de la prosa del “Tebib”. Ahora, todo es fácil; ¡pero cuando Millán combatía y escribía Ruíz Albéniz, que distinto era todo y que valor se necesitaba para disentir de aquellas opiniones! Sea esta consideración el mejor elogio a la memoria del fundador de la Legión y del periodista.
M. Sánchez del Arco…”

Fuentes:

1). “El Tebib Arrumi: Víctor Ruíz Albéniz”, de D. José Ignacio de Arana, en internet.

2) “Víctor Ruíz Albéniz”, Asociación de prensa de Madrid, en Internet.

3). “Víctor Ruíz Albéniz”, en VIkipédia, enciclopedia libre en Internet.

4). “Clementina Albéniz y Pascual”, “Personalidades, Fundación Fernando de Castro AEM”, en internet.

5). “¿Saben ustedes quien fue el Tebib Arrumi?”. “El Dia.es”, de D. Carlos Pinto, en Internet.

6). Imagen de D. Víctor Ruíz Albéniz, a través del buscador de imágenes de Google, “el mundo libro.com”, en internet.

7). “El País”, “Una biografía sobre Isaac Albéniz desmonta las leyendas de su vida”, por J. Ruíz Mantilla, en Internet, Madrid 28 de febrero de 2002.

8). “ABC”, Madrid, 14 de febrero de 1954, pág. 33.

9). Notas de D. Francisco Saro Gandarillas.

10). “ABC”, Madrid, 9 de febrero de 1954, pág. 24.

11). “El Telegrama del Rif Diario ageno a la política.- Defensor de los intereses de España en Marruecos””, Melilla, miércoles 6 de enero de 1909, pág. 1. .

12). “El Telegrama del Rif. Diario ageno a la política.- Defensor de los intereses de España en Marruecos”, Melilla, miércoles 14 de abril de 1909, pág. 1.

13). “El Telegrama del Rif. Diario ageno a la política.- Defensor de los intereses de España en Marruecos”. Melilla, jueves 24 de junio de 1909.pág. 1

14). “El Telegrama del Rif. Diario ageno a la política.- Defensor de los intereses de España en Marruecos”, Melilla, miércoles 15 de septiembre de 1909.

Nota: “El Telegrama del Rif. Diario ageno…”, debiera de ser “El Telegrama del Rif. Diario ajeno”, pero se respeta tal y como apareció publicado.

Por Hans Nicolás i Hungerbühler, 15 de marzo de 2012.
(Artículo publicado en el diario El Faro de Melilla, el sábado día 24 de marzo de 2012)



martes, 20 de diciembre de 2011

NUEVOS LANCEROS EN MELILLA LA VIEJA

El lunes 19 de diciembre tuvo lugar en la Plaza de la Avanzadilla de Melilla la Vieja la inauguración del grupo escultórico obra del artista melillense José María Sánchez. Consistente en dos soldados lanceros de bronce en actitud de guardar la entrada al primer recinto de la Ciudadela.
Lanceros del siglo XVI que flanquean el acceso al túnel de Santa Ana, donde se conserva la única obra de arte gótico religioso en África, así como la entrada a la galería subterránea que por las noches, y tras cerrarse las diferentes puertas de la fortaleza,  permitían la comunicación de los soldados de ronda.


En la imagen, tomada el martes día 20 de diciembre, se puede contemplar al autor de las esculturas así como a un joven anónimo.  

sábado, 10 de septiembre de 2011

QUE VISITAR EN MELILLLA


Gran Teatro Kursaal


Vestibulo de la Consejería de Hacienda







Melilla la Vieja
Se compone de cuatro recintos fortificados con:
Los baluartes:
De la Concepción, Alta, véase Museo Militar (2) y Baja, de San Pedro, de las Cinco Palabras Y San José Alto.
Los túneles:
La Victoria I, de la Marina, de Florentina, de Santa Ana
I la Victoria II, del Hornabeque,
Las puertas monumentales:
La Marina, Santiago y la de las Cinco Palabras
Las torres o torreones:
Florentina, de las Cabras, del Bernal Francés del Bonete Chico, del Bonete Grande o del Faro, de San Juan, del Vigía de Tierra, la Ampolleta Nueva y la Ampolleta Vieja
Los Hospitales:
Del Rey, véase Hospital del Rey (3) y de San Francisco, véase Museo de la Botica o Farmacia de San Francisco (4)
Los almacenes:
De las Peñuelas o del Principal véase Museo de las Peñuelas (5), San Juan Nuevo, véase Asociación de Estudios Melillenses (6), San Juan Viejo, Florentina, Concepción, véase Museo Militar (2), la Torre del Reloj, véase Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (7)
Los fosos:
Del Hornabeque, de los Galápagos
Los puentes:
Del Hornabeque, de Santiago
Las Cuevas:
De Florentina, del Conventico (8),
Las Minas:
De San José Bajo, de
Los Cuarteles:
De la Maestranza de Ingenieros, de Santa Ana
Además de:
La Capilla de Santiago, la Iglesia de la Concepción…
Las plazas:
De la Maestranza, de los Aljibes, de Estopiñán, de la Parada…
En Melilla se pueden visitar:
Museos y salas de exposiciones temporales:


Museo de Melilla Almacenes de las Peñuelas (5):
Museo Arqueológico e Histórico
Museo Etnológico Sefardí Bereber

El actual Museo Municipal de Melilla se remonta a principios del s. XX, cuando D. Rafael Fernández de Castro comenzó a recopilar las piezas y el material resultante de las excavaciones del Cerro de San Lorenzo. Ubicado en el edificio de la Junta de Arbitrios, este compendio de piezas no fue considerado oficialmente como museo, ya que no hubo catalogación ni exposición al público de los restos hallados en las excavaciones.
No fue hasta años después cuando el Museo Municipal aparece como tal en el subsuelo del templete de música instalado en el Parque Hernández. Es la primera vez que los ciudadanos melillenses pueden tener contacto con la historia de su ciudad. La precariedad del edificio y la inadecuada presentación de los fondos que en él se mostraban hacen pensar a las autoridades de la época en la necesidad de buscar una nueva ubicación.
A mediados del s. XX, el Baluarte de la Concepción acogerá un museo histórico con dos secciones fundamentales: Arqueología y documentación, complementadas con fondos militares y emblemas heráldicos. En este baluarte, situado en el Primer Recinto Histórico de Melilla La Vieja, el Museo permanecerá hasta los años 80.
La Casa del Reloj ha sido, hasta fecha reciente, el emplazamiento del Museo de Arqueología e Historia de Melilla. Este edificio situado en la Plaza Pedro de Estopiñán se encuentra inmerso en el Primer Recinto Histórico de la ciudad y comenzó a ser utilizado como museo en 1.987. Diez años después se llevó a cabo su última reforma en profundidad para adaptarlo a los criterios impuestos por la llamada "nueva museología".
La Corporación quiso recuperar la imagen histórica del edificio de las Peñuelas y al mismo tiempo dotarlo de una nueva funcionalidad acorde con su carácter monumental, convirtiéndolo en la sede del museo de la ciudad de Melilla, comenzando las obras en el año 2007 a iniciativa de la Consejería de Cultura de esta Ciudad Autónoma.
Situados en un marco inigualable como es Melilla la Vieja con más de 500 años de historia, los almacenes de las Peñuelas están declarados como Bien de Interés Cultural debido a su atractivo histórico y monumental.
La superficie construida en planta baja es de 751,70m2, mientras que en su planta alta es de 1.005,05 m2, lo que suma un total de 1.756,55 m2.
Desde el siglo XVI, estuvieron en su lugar los "Magacenes de su Majestad", que en un principio eran varios edificios con un patio central que albergaba diferentes estancias donde se guardaban los bastimentos.
El paso del tiempo, la poca calidad y consistencia de sus materiales determinaron la construcción de unos nuevos almacenes que pasarían a denominarse Las Peñuelas en el año 1781, bajo el reinado de Carlos III y el mandato del gobernador Antonio Manso, como podía leerse en una antigua placa en la fachada. La envergadura de su construcción lo convertiría en uno de los edificios fundamentales de Melilla en su "Siglo de Oro" (S. XVIII).
Funcionales e indispensables para la ciudad y sus habitantes, servían para guardar los diferentes productos y materiales que llegaban a la ciudad para su abastecimiento. Los nuevos almacenes constaban de seis sólidas bóvedas a prueba de bomba en sus dos plantas, cuatro en la primera y dos en la baja, hechas de rosca de ladrillo y techo a dos aguas para cada bóveda. Una tercera bóveda en la planta baja, se utilizaba como paso subterráneo entre la plaza de los Aljibes y la zona de San Juan.
A finales de siglo XIX, Melilla comenzó a transformarse a un ritmo acelerado, doblando y triplicando su población en pocos años, lo que conllevó la ocupación de todo el espacio disponible e incluso edificando sobre edificios ya existentes. Este fue el caso de estos almacenes, pues en 1897 el General Alcántara construyó encima de las bóvedas el teatro Alcántara, una residencia para el gobernador y un Casino Militar, causando una monumental distorsión del edificio original.
El teatro desapareció, pero las dependencias militares continuaron desvirtuando el edificio hasta la ejecución del proyecto de restauración del edificio, llevada a cabo por la Ciudad Autónoma, para convertirlo en museo de la ciudad.

El Museo está dividido en 5 secciones: Prehistoria, Rusaddir fenicia y púnica, Mauros y romanos, Malila Islámica, Época moderna en Melilla, La Melilla Contemporánea, Bereberes y Sefardíes.
Calle de la Maestranza, 2-4
Horario de Invierno: de martes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:30.
Domingo de 10:00 a 14:00.
Horario de Verano: de martes a sábado de 10 a 14:00 y de 17:00 a 21:30.
Domingo de 10:00 a 14:00.
Prehistoria

La prehistoria en nuestra Ciudad es hablar del neolítico en Chafarinas. El Zafrín nos muestra una instantánea del V milenio antes de Cristo y por tanto del entorno mediterráneo. No sería muy distinta en toda la costa sur de Alborán y sin duda la pesca, la caza de focas y la agricultura serían las actividades económicas, comunes a todos los hombres de neolítico Cardial. Una nueva forma de vida que se extiende desde el Creciente Fértil hacia el Oeste por las costas del Magreb hasta alcanzar el Estrecho de Gibraltar y por la costa norte del Mediterráneo.
Rusaddir fenicia y púnica

"Rusaddir fenicia y púnica" nos vincula con el Mar Mediterráneo y el proceso colonizador emprendido por distintas civilizaciones, primero del pueblo fenicio y después de la armada de Cartago. Retazos de Rusaddir aportados por la investigación arqueológica que toman forma de ánforas, platos y monedas, un rico legado que conectará con la sensibilidad del espectador.
Mauros y romanos

La sala "Mauros y romanos" recoge el intenso proceso asimilador de las ciudades ribereñas a finales del primer milenio antes de nuestra. Un encuentro entre distintas culturas, donde mauretanos e íberos jugarán un delicado equilibrio ante la poderosa Roma. La vida y la muerte de los habitantes de la milenaria Rusaddir confluirán para acercarnos a una forma de concebir la existencia no tan distinta a la de nuestros días.
Malila Islámica

La ciudad de Malila surge con los Banu Salih a principios del s. VIII pero habrá que esperar hasta el 936 para verla resurgir con Abderrahman III. Durante el s. XI se convertirá en una verdadera taifa bajo el gobierno de Muhammad ibn Idris al-Mostali, viendo posteriormente como almorávides y almohades la atacaban y saqueaban. Los benimerines conseguirán incluirla en los circuitos comerciales del mediterráneo, estableciendo contactos con aragoneses y genoveses.
Melilla española, siglos XVI-XIX
Desde su refundación como ciudad española en 1497 y hasta finales del siglo XIX, Melilla se va a convertir en una ciudad fortaleza definida por sus murallas. En su historia se sucedieron grandes acontecimientos junto a otros hechos más vinculados al día a día de una ciudad de frontera.
En estas salas se exponen diferentes elementos que nos permiten entenderla: placas conmemorativas y elementos heráldicos, planos y una maqueta que nos muestra el estado de la ciudad en 1847. También encontraremos diferentes elementos de la vida cotidiana extraídos de las últimas excavaciones arqueológicas, sobre todo piezas de cerámica y vidrio, sin olvidar otros que nos delatan diversos oficios o actividades, como la pesca.
Melilla contemporánea


Melilla consigue fijar sus límites jurisdiccionales en los acuerdos y tratados firmados con Marruecos en 1859 y 1860. La fortaleza empieza a transformarse en una ciudad moderna, asentando su perímetro urbano sobre los nuevos fuertes exteriores que se construyen a partir de 1881. Posteriormente los ingenieros militares trazan una ciudad abierta y racional, sembrada de edificios que nos remiten a las tendencias más cosmopolitas del Modernismo y del Art Déco, que representan la principal herencia patrimonial del siglo XX en Melilla.
Bereberes

El término bereber identifica a los pobladores del África septentrional, desde los desiertos de Egipto al océano Atlántico y desde las costas del Mediterráneo al interior del Sahara. Es un nombre genérico dado a numerosos grupos étnicos heterogéneos que comparten prácticas culturales, políticas y económicas similares. El bereber (sing., amazigh, pl. imazighen) y su idioma, el tamazight, habita todo el norte africano desde los primeros tiempos de la historia, ocupando habitualmente regiones montañosas y aisladas. Sin embargo, es un pueblo de una gran riqueza cultural de antiguas tradiciones arraigadas que perduran hasta nuestros días a través de su arte, sus costumbres y su gente.

Sefardíes
A partir de mediados del siglo XIX, Melilla contempla la posibilidad de pasar de ser una fortaleza a convertirse en una ciudad con marcado carácter comercial. El Tratado de Límites (1860) y el estatuto de Puerto Franco (1862) son los dos jalones que propician, a partir de 1863, la llegada de los primeros judíos procedentes de Tetuán, que ponen en marcha la maquinaria mercantil. Medio siglo después, con la llegada de judíos de la zona central de Marruecos, el número de avecindados hebreos sobrepasa el millar y medio, y la dinámica comercial es un signo de identidad genuinamente melillense. (1)
Asociación de Estudios Melillenses (6), además de contar con una muy interesante Biblioteca y Hemeroteca, esta asociación dispone de muy nutridos fondos etnólogicos de la ciudad, colecciones de cuadros de importantes Melillenses, una maqueta del Cargadero de Mineral de la C. E. M. R. (Compañía Española de las Minas del Rif) y y planos de los futuros trazados del ferrocarril de dicha compañía , recuerdos militares, de antiguas placas de calles y plazas del barrio de Medina Sidonia, y carteles y propaganda tanto de comercios como de la feria de Melilla
Casa del Reloj. Museo de Arte Español Moderno y Contemporáneo, en la Torre de la Vela (antiguo Museo Municipal), cerrado por reformas (7)

La Casa del Reloj ha sido, hasta fecha reciente, el emplazamiento del Museo de Arqueología e Historia de Melilla. Este edificio situado en la Plaza Pedro de Estopiñán se encuentra inmerso en el Primer Recinto Histórico de la ciudad y comenzó a ser utilizado como museo en 1.987. Diez años después se llevó a cabo su última reforma en profundidad para adaptarlo a los criterios impuestos por la llamada "nueva museología". Desde entonces posee la configuración que tiene en la actualidad, con tres plantas y una torre de cinco pisos.
Actualmente en proceso de reforma, albergara la pinacoteca de arte español moderno y contemporáneo.
Plaza Pedro de Estopiñán, s/n
Actualmente en obra. (1)


Museo de Arte Sacro, en la Calle de San Miguel (8)
Museo de la Farmacia o Botica Militar, cerrado por reformas (antiguo Hospital de San Francisco) (4)
Museo Histórico Militar, Baluarte de la Concepción (2)

La gran raigambre histórica que las Fuerzas Armadas comparten con Melilla, es algo notorio y presente en cada momento del devenir de la Ciudad a través del tiempo, desde los lejanos tiempos de su fundación por colonizadores fenicios, la presencia de las armas españolas han hecho de este enclave antiguo un reducto vinculado a conceptos de estrategia, supervivencia y de hechos bélicos. De ahí la necesidad de que la ciudad de Melilla contase con un Museo Histórico Militar.
El Museo Histórico Militar se sitúa en el "Baluarte de la Concepción", en la cota más elevada de Melilla la Vieja o Villa Nueva, en el extremo nororiental del primer recinto defensivo, sobre un espolón rocoso que flanquea la Ensenada de los Galápagos, constituyendo en sí mismo una defensa, cuyo perímetro se adapta a la escarpada topografía del terreno, englobando una serie de elementos diferenciados, bajo el nombre genérico del BALUARTE DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN.
Su construcción se inició en el siglo XVI, tomando su configuración actual a finales del siglo XVIII. Construido como Baluarte defensivo, fue subiendo en altura hasta conseguir la misma cota del cerro del Cubo, con el adarve superior del
"Caballero" enfrentado al "Padrastro" (nombre con que se denominaba a dicho cerro) y como respuesta por el fuego al principal ataque en contra de la ciudad. Se empleó como Almacén de Pólvora, Prisión, Gabinete de Meteorología, Viviendas de gentes humildes... hasta su adaptación en 1.953 como Museo Municipal, permaneciendo en esta situación hasta su nuevo emplazamiento y traslado a la llamada Casa de la Torre del Reloj, sede del nuevo Museo Arqueológico de la Ciudad.
Cedido en 1.997 por la Ciudad Autónoma a la Comandancia General de Melilla, abre sus puertas el día 15 de Julio de 1.997 con motivo de la muestra "V Centenario de Historia Militar", acto al que asistieron las primeras autoridades de la Plaza, tanto civiles como militares, siendo su primer Coronel Director D. Miguel García Caballero. Tiene una superficie total de 1.100 m2.
Y en un futuro inmediato, será cedido por la Ciudad Autónoma, el Baluarte de la Concepción Baja, así como el conocido Despacho del Cronista y si no se derriba la Casa del Farero (casa cuya construcción data de primeros del siglo XX), quedaría todo el conjunto histórico-artístico de la CONCEPCIÓN como Museo.
Martes a Domingo de 10:00 a 14:00.
El Baluarte de la Concepción Alta

Construido sobre Concepción Baja, en su cara norte se encuentra la Batería de la Concepción Alta con cañoneras para cuatro cañones y explanadas para tres morteros. Es el punto más alto de Melilla la Vieja, donde ondea la Bandera Nacional y desde donde se divisa una panorámica de la Ciudad. Aquí se da la charla donde se explica la historia de la Ciudad y desde donde se divisan los cuatro recintos defensivos de la Ciudad.
Terrazas

Antigua subida para las piezas de Artillería, convertida hoy en escalera. Se emplean para Exposiciones Temporales al aire libre. Superficie de Exp. Temporales: 800 m2.
Almacén de Pólvoras

Con dos Plantas que son las actuales Salas de Exposición, cuya Planta Baja comunica por unos peldaños con la "lengua de sierpe" terminando ésta en el antiguo y pequeño Torreón de San Sebastián. Superficie de Exp. Permanente: 216 m2.
Cuerpo de Guardia

Adosado al Portón de entrada, de reducidas dimensiones (son las Oficinas actuales del Museo). (1)
Museo de Regulares, cerrado por reformas ubicado en la Base Militar Alfonso XIII
Museo de la Legión, ubicado en el Fuerte de Cabrerizas Altas
Museo del Automóvil


La intención con la que se realiza este Museo del Automóvil en Melilla, es la de dar un paseo por la historia de nuestra ciudad en el último siglo utilizando como nexo el automóvil o por decirlo de otra forma, hacer un repaso de la evaluación de la industria automovilística y su relación con el melillense.
En este caso se crea con el claro y firme criterio de ser una institución para el conocimiento de la historia y acontecimientos acaecidos en nuestra ciudad y que tuvo como personaje principal al automóvil.
No se pretende ver al vehículo como un conjunto de mecanismos y/o una bonita carrocería o como objeto para medir el nivel social de quien lo conduce, sino como el verdadero fenómeno que ha revolucionado los últimos 100 años de la historia de todo el mundo.
Todos los museos de autos tienen una línea argumental, unos la evolución de la técnica, otros el diseño de carrocerías, o simplemente como exposiciones mono-marcas.
Dispone de unas instalaciones donde se exponen más de una treintena de vehículos y otras tantas motocicletas, además de multitud de herramientas, piezas, letreros de publicidad, surtidores de combustible, utensilios de taller, motores, emblemas, matriculas... de distintas épocas, relacionadas con el mundo del motor, y todo ello correctamente distribuido por paredes y expositores, para observar la evolución estética y la técnica automovilística a través de los años.
Ctra de Hidum, s/n, esquina con Falangista Rettlang, 46
Tel. 952 680 144 / 952 686 056
Fax. 952 685 722
Horario: de lunes a viernes de 10:30 a 14:00 y de 17:00 20:00 h. Sábados de 10:30 a 14:00 h.
Museo de la Electricidad

Museo de Arte Egipcio, cerrado por reformas - Sala de Exposiciones Temporales de Gaselec
Fundación GASELEC

Exposición Permanente sobre Egipto Era el año 1.987 cuando D. Gustavo Cabanillas, presidente de Gaselec, viajaba por primera vez a Egipto. Seducido por la historia y la cultura antigua de este país, comenzó a formar una pequeña colección privada con cuidadas réplicas de las piezas más emblemáticas halladas en territorio egipcio. Sus continuos viajes a este país le hicieron ampliar notablemente su colección. El 17 de septiembre de 2.003 nació la Exposición Permanente sobre Egipto de la Fundación Gaselec. Era un intento altruista de su fundador de dar a conocer todas aquellas maravillas obtenidas en sus periplos.
Una réplica exacta del busto de Nefertiti, una copia de la piedra Rosetta o una tumba egipcia saqueada son algunas de las maravillas que ofrece este museo, que con más de 850 reproducciones de auténticas piezas del Antiguo Egipto pretende convertirse en un lugar interactivo en el que grandes y pequeños disfruten no sólo de un museo sino de un conjunto de actividades complementarias como un ordenador que traduce nuestras palabras al lenguaje de los jeroglíficos o una sala que ofrece más de 50 documentales sobre las civilizaciones egipcias.
El museo, albergado en la Sala de Exposiciones de la Fundación Gaselec, posee tres plantas ordenadas de la siguiente manera:
PLANTA BAJA.
Sin estar relacionada con Egipto ni con el mundo de los faraones, lo más llamativo de esta planta es una enorme puerta de 1.893 de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Melilla, que fue recuperada por Gaselec cuando se demolió el edificio, situado en la zona del Mantelete.
Aproximadamente unas 250 fotografías sobre Egipto y otras tantas reproducciones en miniatura de estatuas egipcias llenan esta sala, en la que también hay una pequeña tienda para todo aquel que desee llevarse un recuerdo de su inmersión en esta peculiar visita al legendario país.
Primera Planta. La joya de esta sección es una reproducción de la tumba de Tutankhamon, realizada por Juan José Llorens, en la que el visitante puede contemplar con detalle el interior de la pirámide y descubrir todos sus pasadizos y accesos a la cámara mortuoria. Junto a ella grandes planos nos revelan cómo eran las principales ciudades del Antiguo Egipto y quiénes las gobernaban. Con detalle se explica la dinastía de Tutankhamon, cómo era su tumba y cuándo y por quién fue descubierta. Todo un recorrido por el descubrimiento de uno de los tesoros ocultos en Egipto.
También en esta planta podemos encontrar el interior de una tumba egipcia saqueada en la que más de 50 documentales, de media hora cada uno, nos explican la historia de los faraones, cuáles eran sus dioses o cuál era la mejor manera de embalsamar una momia. No olvidéis en esta sala visitar el cuarto de baño, una curiosa sorpresa se oculta tras la puerta.
SEGUNDA PLANTA.
"Veo cosas maravillosas". Éstas fueron las únicas palabras que acertó a pronunciar Howard Carter al ver por primera vez el interior de la tumba del faraón Tutankhamon. Era el mes de noviembre de 1.922 cuando tras más de siete años de incesante búsqueda encontraban la tumba faraónica. Réplicas exactas de los tesoros originales que allí se hallaron y un análisis exhaustivo de lo que fue el trabajo de los arqueólogos Howard Carter y Lord Carnarvon en el Valle de los Reyes conforman el gran reclamo de esta planta, en la que también encontramos una copia exacta del sarcófago de Tutankhamon, 65 paneles con más de 275 fotografías y una amplia información técnica sobre lo acontecido en la apertura de la cámara mortuoria.
Pero el apasionante mundo de los jeroglíficos no podía dejarse atrás. En esta planta existe un espacio dedicado íntegramente a la piedra Rosetta y a sus innumerables estudiosos. Una sección dedicada a cómo se alimentaban los habitantes del Antiguo Egipto no es la única curiosidad de esta planta, en la que también se hallan realistas reproducciones de momias y más de 850 réplicas de piezas antiguas colocadas por temas.
Plaza Rafael Fernández de Castro y Pedrera, s/n
Tel. 952 695 575 (1)


Hospital del Rey (3)
Melilla preserva los fondos y documentos de su rico patrimonio bibliográfico en el Hospital del Rey, espacio simbólico y físico del testimonio existencial de los melillenses.
FONDOS DOCUMENTALES
ARCHIVO HISTÓRICO DE MELILLA creado en 1.969. Cuenta en los fondos con los protocolos notariales de las Escribanías de Guerra de Melilla y las Islas Chafarinas (s. XVIII y XIX).
ARCHIVO CENTRAL DE MELILLA creado en 1.987. Alberga los fondos de la Junta de Arbitrios (1.879-1.927), Junta Municipal (1.931-1.995). Se han ido incorporando los documentos administrativos generados por la Ciudad Autónoma de Melilla e históricos (Fondos de Melilla, Quinto Centenario, Catastro) y de otras áreas geográficas (Fondo Vélez-Málaga).
COLECCIONES GRÁFICAS incluye colecciones fotográficas, cartográficas y de grabados. Las datas de estos fondos se extienden desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.
BIBLIOTECA CÁNDIDO LOBERA alberga fondos especializados dedicados a los autores y temas melillenses, al protectorado de España en Marruecos, y a la cultura amazige.
BIBLIOTECA TÉCNICA DEL ARCHIVO. Colección especializada en temas archivísticos y biblioteconómicos.
DIFUSIÖN DE PATRIMONIO
SERVICIO DE PUBLICACIONES, con un fondo editorial de ciento diez títulos. Lleva a cabo la publicación de obras de autores y temas melillenses.
EXTENSIÓN CULTURAL: programación de actividades de carácter cultural y divulgativo (Semana del Libro, exposiciones, conferencias).
SALA DE INVESTIGADORES, con dieciséis puestos de trabajo.
Archivo Central de la Ciudad de Melilla
Plaza de la Parada, 1
Tel. 952 680 144 / 952 686 056
Fax. 952 685 722
Horario: de lunes a viernes de 9:00 a 14:00.
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Teatro kursaal, Avenida Cándido Lobera
Centro Cultural Federico García Lorca, UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), Avenida Reyes Católicos
Biblioteca de Melilla, Plaza de España
Real Club Marítimo de Melilla,
Iglesias dignas de visitar:
Iglesia de la Concepción o del pueblo, en la Calle de San Miguel
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, antes denominada del Llano
Iglesia de del antiguo Hospital Militar (actual Hospital Universitario de Melilla)
Edificios dignos de visitar:
Palacio de la Asamblea
Centro Cultural de los Ejércitos (Casino Militar), Plaza de España
Casino Español, Calle Ejército Español
Antiguo Hospital de la Cruz Roja (sede de la Consejería de Economía, Hacienda, Patrimonio y Contratación)
Cámara de Comercio
Cine – Teatro Perelló,
Comercios dignos de visitar: Gran Farmacia Moderna
Vicente Martínez – Droguería Modelo
Parques:
Parque Hernández, Plaza de España
Parque Lobera, Avenida Cándido Lobera
Parque Forestal Juan Carlos I Rey
Otros sitios de interés:
Cuevas del Conventico, con acceso desde el Museo de Arte Sacro
Cuevas de San José Bajo
Aljibes, Túnel de Santa Ana, Capilla de Santiago, Plaza de la Avanzadilla y Puerta de Santiago
Cuartel de Santa Ana, Cuarte de la Maestranza y Aljibe Viejo, Bar las Polillas, Escuela de Hosteleria y Escuela de Empresarios
Mezquita Central
Sinagoga Orrr Zorah (Luz Santa o Sagrada).

Fuente: Página Web Oficial de Información Turística de Melilla.
Pagina con información sobre Melilla la Vieja

Juan Daniel Diez González