lunes, 24 de agosto de 2009

EL ALCANTARILLADO DEL BARRIO DEL POLÍGONO


1903 : una de las primeras campañas periodísticas locales:

“El alcantarillado del Polígono”

Juan Díez Sánchez
( de la Asociación de Estudios Melillenses )

La historia de la actual Melilla se remonta a los finales del siglo XV, una plaza fuerte encerrada en sí misma y muy distinta a la urbe que hoy disfrutamos. Pues no fue hasta mediados del siglo XIX cuando la vieja fortaleza comenzó su transformación, acelerada a partir del año 1893 y mucho más desde 1909 en razón de los enormes aumentos de población civil que experimentó en aquellos años, a consecuencia de la ampliación de su guarnición militar.
Melilla paulatinamente fue adquiriendo aires de ciudad en detrimento de su origen castrense. Siendo el año 1903 una fecha crucial en esta transformación que tuvo en la prensa uno de sus principales impulsores.


Campaña periodística
Conocemos de la relevancia de la prensa, los medios de comunicación en general en la actualidad. Y es fácil deducir la importancia de ésta cuando existía únicamente un diario, en este caso “El Telegrama del Rif” en una ciudad como la nuestra en el año 1903, hace más de ciento cinco años. Con una población aproximada de 10.000 almas, de ellas más de 6.000 civiles y unos 3.500 militares.
Como sabemos, la colección hemerográfica del diario melillense “El Telegrama del Rif” correspondiente a su primer año de vida, desapareció a consecuencia de una inundación. Debiéndonos pues de acercarnos a los ejemplares del año 1903, para conocer que asuntos despertaban el interés y preocupación de nuestros ancestros en los inicios de la Prensa en nuestra ciudad.
Leyendo las amarillentas páginas de “El Telegrama” encontramos mil y un temas de la vida cotidiana local. Más sobresalen algunos asuntos por acaparar multitud de espacio de forma continuada. Así en 1903 este periódico dedicó varios artículos al escudo de Melilla, el Puerto, la guerra civil en Marruecos, la Aduana marroquí y a la higienización de nuestra urbe. Planteando también en alguna ocasión la necesidad de abrir en la ciudad juzgados civiles. Un anhelo no alcanzado hasta pasados bastantes tiempo, en el año 1917.


Censura
En el año 1903 todos los números que publicaba el diario “El Telegrama del Rif” debían superar el obstáculo que suponía la censura ejercida por el Estado Mayor del Gobierno Militar de la Plaza de Melilla. Y además, desde mediados del mes de abril debía de mantener cierta reserva, justificada en razón de lo que exponía en sus páginas el 19 de abril de ese mismo año: “La circunstancia de ser conocido por los moros fronterizos cuanto decimos en nuestro periódico que muchos hebreos traducen en cafés moros, y en corros formados por rifeños, nos obligan a limitarnos en el conflicto actual ( guerra civil en las proximidades de Melilla ) a publicar tan sólo la información de los sucesos, sin entrar en otro género de consideraciones que podrían ser contraproducentes”.

Higienización de la ciudad
Nuestro compañero de Estudios Melillenses, José A. Cano M. En su trabajo “El Telegrama del Rif”: Selección de artículos ( 1903 – 1910 ), publicado en 1990 en el número 3-4 de la revista “Trápana”, recoge un total de 16 artículos titulados genéricamente “El alcantarillado del Polígono”, publicados durante los meses de mayo y junio del año 1903.
Hace más de cien años por iniciativa de “El Telegrama” se llevó a cabo en nuestra ciudad una importante campaña en pro de la higienización de los barrios extramuros de la población : entonces el Polígono y el Carmen. Una campaña denominada genéricamente “El Alcantarillado del Polígono”, por ser el arroyo del Polígono donde desembocaban a cielo abierto algunos ramales de alcantarilla. Un cauce portador de aguas negras que desde el Polígono venía a morir allí donde hoy se encuentra el Club Marítimo, discurriendo por la actual calle de García Cabrelles, entonces denominada del Cauce y la Avenida. Constituyendo ello el principal foco de infección y emanaciones nocivas para la salud. Buscándose con esta iniciativa erradicar de los barrios populares las frecuentes epidemias de tifus, peste, cólera, sarampión y viruela.
Gracias al esfuerzo desinteresado de “El Telegrama” y la colaboración ciudadana, este tema de enorme interés estuvo en candelero el tiempo suficiente para sensibilizar a las autoridades y que éstas pusieran en marcha las obras necesarias para que sin llegar a solucionar el problema de raíz; al menos viniera a menguar la mortandad. Con respecto a la cuestión estrella, el alcantarillado del Barrio del Polígono, podemos decir que en junio de 1903 se presentó un proyecto de alcantarillado, cuyos autores fueron el ingeniero de la Junta de Arbitrios Joaquín Barco y el maestro de obras de la misma, Julio Pieri. Destinado a atender las necesidades del los barrios del Polígono y su ensanche, Cañada del Cementerio y Buen Acuerdo. Consistente en construir una presa en la desembocadura del Río de Oro que elevaría el agua , arrastrando en su caída hacía el mar la sucia del arroyo del Polígono.
En el verano de 1909 concluyeron las obras provisionales del proyecto definitivo. Diferente al presentado en 1903.
En 1915 terminó una fase de mejora y finalmente en 1933 se acabó definitivamente con el problema. Tan sólo treinta años después de denunciarse públicamente y luego de que surgiera en el lejano 1888, cuando se autorizó la construcción del Barrio del Polígono.
En esta laudable campaña de higienización participó toda la ciudad y de forma destacada aquellos hombres con conocimientos precisos por su formación profesional; nos referimos a los médicos de la beneficencia municipal, entre los que podemos destacar a José García Viñas, que había obtenido en Barcelona el grado de doctor con su trabajo “Apuntes para el estudio médico-higiénico de la miseria”. Así como el doctor Julio Redondo.
García Viñas publicó en 1903 en “El Telegrama” numerosos artículos exponiendo sus documentados puntos de vistas acerca del grave problema de salubridad que sufría nuestra ciudad. Así el 25 de junio escribía : “He sido invitado publicamente...por el cargo que desempeño... Las faltas, las apatías, las imprevisiones en materia de higiene, son de todos, por desdicha, en España. Por eso no hay que señalar a este ni al otro, sino decir como Jesús al interponerse entre Magdalena y sus perseguidores. El que de vosotros se crea limpio de pecado, tire la primera piedra...”.
Propugnaba el señor Viñas en sus escritos la diseminación de la población, por ser la aglomeraciones factor de primer orden en la elevada mortandad que sufría Melilla. Partidario del sistema Wasing, también proponía elevar agua del mar al Cerro de Horcas Coloradas o Ataque Seco para hacerla descargar y con ello mantener siempre limpias las alcantarillas. Y ante el dilema de que la solución al problema fuera mejorar las traídas de agua potable o bien la salida de las aguas negras, él se mostró favorable a conseguir agua de manantiales en sustitución del agua procedente de pozos, fácilmente contaminables por microbios nocivos. Recordemos que entonces estaba generalizado el uso de agua de pozo, junto al que solía abrirse pozos mouras para contener las aguas residuales. Siendo fácil la comunicación entre las aguas de ambos pozos y la consiguiente propagación de enfermedades.
En el artículo firmado por García Viñas el 23 de junio, va más allá de las habituales orientaciones sanitarias, para ilustrarnos de las pésimas condiciones de la mayoría de las casas construidas en los barrios del Polígono y del Carmen. Escribiendo de éste último núcleo : “Oprobiosa muestra del sistema de vivienda troglodita antediluviano, en una población nacida al expirar el siglo XIX que continúa creciendo y disfrazándose de moderna...” Pues el origen de este barrio estaba en numerosas cuevas , y los constructores se preocupaban más por la belleza de las fachadas que por las condiciones de vida de sus moradores ( El célebre arquitecto Enrique Nieto fue uno de ellos ).
Mientras que del Barrio del Polígono decía : “Por sus calles e inmediaciones no se puede transitar algunos días sin cerrar los ojos ante repugnantes rezumamientos y sin taparse la nariz... Casas insalubres e incómodas, por las reducidas dimensiones de sus habitaciones que no tienen siquiera la capacidad necesaria para la ración de aire respirable de una persona, y sin otra ventilación que la que puede lograrse por su puerta...percibiéndose sobre todo, al abrir su puerta por la mañana, un vaho que trepa y que le hace a uno preguntarse ¿ Cómo pueden permanecer vivas las criaturas que se encierran en tales habitaciones ¿ ¡ Milagro de adaptación ¡”.
Pero sin duda, uno de los artículos más interesantes escritos por el Doctor Viñas acerca del alcantarillado del Polígono fue el publicado el 31 de mayo de 1903. Del que ofrecemos un extracto: “Haré algunas consideraciones… Desde el primitivo procedimiento de salir a espaldas de la vivienda o al más próximo accidente del terreno a descargar cada prójimo lo que ya no puede aguantar en su vejiga e intestinos, y de lanzar desde la puerta las aguas sucias, sin preocuparse del vecino ni del transeúnte…
Las emanaciones de los excrementos vician el aíre. Los excrementos de los enfermos portan microbios nocivos que contaminan las aguas que sirven para beber, produciendo plagas. Haciéndose necesario el aprovisionamiento de agua de manantial, cerrada y conducida por tuberías…
¿ Qué es más factible ¿ ¿ Traer aguas de manantial, o dar conveniente salida a las aguas sucias ?.
Aún teniendo que vencer mayores dificultades, es infinitamente preferente traer aguas de manantial en las condiciones debidas, por estar de este modo mejor garantizada la salud pública que con el más perfecto sistema de evacuación de las sucias. Muy especialmente por lo que a Melilla respecta, que por las condiciones de luz solar y temperatura que disfruta, y sobre todo, por la desecación rápida que producen los vientos huracanados y secos que en ella dominan, posee medios naturales de atenuación de la violencia de los microbios patógenos…
No quiere decir esto que la evacuación o desagüe no tenga su capital importancia, y que, si es posible, lo primero debe atenderse a ello en segundo lugar”.
Incluso, a primero de mayo de 1903 la Junta de Arbitrios llegaría a recomendar, a propuesta de los médicos de esta población y como medida higiénica, “la conveniencia de emplear un color gris o violeta cuando se trate de blanquear las fachadas de las casas”.

Foto : - Barrio del Polígono, hacía el año 1909




Artículo publicado en el diario “El Telegrama de Melilla”, el 24 de agosto de 2009