jueves, 17 de marzo de 2011

El antiguo Gran Teatro Kursaal

El antiguo Gran Teatro kursaal

por Juan Díez Sánchez
( de la Asociación de Estudios Melillenses )

En estas fechas cercanas al inicio de la puesta en funcionamiento del nuevo “Teatro Kursaal” de Melilla. Es tiempo de evocar los orígenes de este legendario salón de espectáculos. Transformaciones y vicisitudes, así como recordar la figura de uno de sus propietarios más caracterizado, Don Rafael Rico Albert. Sin cuyo esfuerzo continuado por su último titular, don José Pérez Hernández, difícilmente habría llegado hasta nuestros días este soberbio edificio. Rehabilitado gracias al trabajo de un buen número de personas lideradas por nuestro presidente el Sr. Juan José Imbroda. Empeñado durante un buen número de años en cumplir la promesa que hiciera de ofrecer un buen escenario a la Plataforma Pro Teatro en Melilla, surgida tras el fallecimiento del recordado actor y director melillense César A. Jiménez.


Fachada del Kursaal en 1932

Primer Salón Kursaal (1912-1930)
Propiedad de los empresarios Jorro y Rivas, el primitivo “Kursaal” fue inaugurado el lunes 23 de diciembre de 1912 con la celebración de una fiesta benéfica organizada por la Asamblea de la Cruz Roja en Melilla cuya recaudación se destinó a los altruistas fines de esta institución.
Contó la inauguración Con un extenso programa que incluyó sesión de patinaje por bellas señoritas, exhibición de películas y un animado baile que se prolongó hasta bien entrada la madrugada. Para dar mayor realce al solemne acto inaugural se exornó el local con escudos de España entre banderas nacionales y de la Cruz Roja.
Fue el “Kursaal” un enorme pabellón de madera. Un salón de recreo provisto entonces de la mayor pista de España, donde tenían cabida sesiones de cinematógrafo con películas cada tres horas, bailes con orquestas, patinaje, billares, jockey, boling, tiro, gimnasia e incluso espectáculos taurinos; pues en los primeros meses de su funcionamiento y por iniciativa de varios aficionados se lidió un novillo durante una sesión de patinajes. También en 1913 tuvieron lugar en este salón encuentros de lucha grecorromana.
A lo largo de su período de funcionamiento el Salón “Kursaal” experimentó varias transformaciones; siendo una de las primeras en el año 1916, cuando alteró su configuración interna para poder servir de teatro de variedades y comedias.
La fachada del antiguo barracón de madera del “Kursaal”, era detestable, y prueba de ello es que no ha llegado hasta nosotros ninguna imagen completa de la misma. Sucediendo algo parecido con la del “Alfonso XIII”, si bien gracias a la proximidad de este último a un espacio amplio y descubierto como es la Plaza de España, posibilitó que se pudiera apreciar en algunas vistas aéreas tomadas desde aviones militares.

El término Kursaal
Debemos recordar que el término Kursaal deriva de las palabras alemanas kur ( cura ) y saal ( salón ). Un edificio multiuso que adquiría su completo significado en los balnearios, donde tras una ostentosa entrada se encontraban salas de baile, teatro, juegos, conciertos e incluso restaurante.
Denominación que también se utilizó para designar edificios similares e lugares de veraneo, mientras que en Francia tomó el nombre de Casino.
En nuestro país el salón Kursaal más importante fue el levantado en San Sebastián y que perduró entre los años 1921 y 1973. Emblemático nombre recuperado en el año 1999 para un nuevo edificio multifuncional obra del célebre arquitecto Rafael Moneo y que acoge la sede del Festival de Cine de San Sebastián.

Taller de carga
Durante algo más de un año y por necesidades militares derivadas de la rota de Annual, entre los días 15 de agosto de 1921 y 10 de noviembre de 1922, las instalaciones del “Salón Kursaal”, entonces ya propiedad de los señores Rico y Rojo, estuvieron requisadas por la Autoridad. Instalándose en su enorme barracón de madera un provisional taller de carga de proyectiles y cartuchos de artillería.
Taller de carga de artificios de guerra que provocó gran alarma en la población de Melilla, por almacenarse en él, un edificio de madera, mucha cantidad de pólvora fácil de explotar y ubicarse además frente a la fábrica de electricidad “España” de GASELEC, cuyos motores con deficiente funcionamiento producían continuas vibraciones.
Al reabrir sus puertas a finales del año 1922, el Kursaal pasó a ofrecer espectáculos cinematográficos.
Los empresarios Rico y Rojo además eran propietarios de los salones “Teatro Reina Victoria” e “Imperial”.


Prospecto, año 1916

Tiempo de cambios
Fueron los últimos años de la década de los veinte y primeros de los treinta, un periodo de crisis política y económica en España. Convulsa etapa que coincidió en todo el mundo occidental con grandes mejoras tecnológicas en el ámbito de la cinematografía, que incidieron poderosamente en el auge de las proyecciones de cintas en detrimento de los hasta entonces habituales espectáculos de teatro y variedades.
Estando representada la mayor innovación en las películas sonoras, que luego de numerosos intentos alcanzó un aceptable nivel de calidad en torno al año 1930.
En Melilla estos profundos cambios tuvieron también reflejo en unos momentos en que la guarnición militar de su zona de influencia se redujo drásticamente luego de la finalización de las campañas de pacificación del Protectorado en 1927. Y cuando dos de sus más importantes salas de espectáculos debieron afrontar un grave reto: su derribo y transformación en nuevos locales o bien demolición y desaparición en razón de que no cumplían los mínimos requisitos legales para su funcionamiento. Nos estamos refiriendo a los salones Alfonso XIII y Kursaal.
No en vano en un “Informe acerca de las condiciones que reúnen actualmente los locales destinados a espectáculos públicos, en esta ciudad”, firmado por el ingeniero industrial Francisco de las Cuevas y el arquitecto Enrique Nieto, fechado a primero de abril del año 1927 y custodiado en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares. Facilitado por el Cronista Oficial de la Ciudad, don Antonio Bravo en agosto de 1998, se expresa con respecto a los locales mencionados:
Teatro Alfonso XIII: Está instalado en un barracón todo él de madera, y en estado de ruina inminente. Es indispensable cerrar este local, pues el día menos pensado puede hundirse toda la cubierta, y ocasionar víctimas si se efectúa en momentos de estar ocupado el local por el público.
Salón Kursaal: Local destinado a teatro y cinematógrafo. Es también un barracón totalmente de madera, y tiene como material de cubierta cartón embreado; la parte destinada al público está, aparentemente en buenas condiciones de resistencia; no así el escenario que amenaza ruina, pues sus pies derechos están sumamente inclinados, a pesar de haber sido reforzados con tirantes de hierro.
Este local reúne las condiciones necesarias para figurar entre los previstos en el artículo 134 del Reglamento de Espectáculos como construcciones provisionales, aunque cambiando el material de cubierta por prohibirse en dicho artículo el uso de cubiertas impregnadas de brea o con otra materia inflamable, y reformado el escenario. Pero teniendo en cuenta que hace más de trece años que está funcionando, es hora ya de obligarle a cumplir los artículos 113, 114, 115, 116, etc. del Reglamento de Espectáculos, según los cuales los muros de fachadas, embocadura de escenario y colindantes a otras viviendas serán de mampostería, y las armaduras descubiertas de la cubierta serán de hierro; y en general todo lo concerniente a locales permanentes destinados a espectáculos públicos”.
Además este informe indicaba que en el Salón Imperial se podían seguir ofreciendo exhibiciones cinematográficas, pero no de variedades en los que actuasen más de dos personas al mismo tiempo. E instaba al cierre del Salón Tiro de Pichón, emplazado en el barrio del Real y destinado a café cantante, por no cumplir ninguno de los requisitos exigidos, así como la Plaza de Toros provisional, ubicada junto a la playa de la Hípica.
En estos años, concretamente en el mes de diciembre de 1931 dos nuevas salas de cine se abrieron en Melilla, el “Goya” que se ubicó en el barrio del Polígono y el “Alhambra” entre los barrios Batería J y Cabrerizas Bajas.


Fachada del Cine Nacional, hacía 1940

Único teatro en el centro de la ciudad
El señor Rico, a la vista de la complicada situación que presentaba los negocios de espectáculos en nuestra ciudad. En 1930 decidió cerrar el “Salón Imperial” y acometer el derribo del “Kursaal” para levantar en su solar un nuevo local inicialmente destinado a proyecciones. Si bien en su parte trasera reservó espacio suficiente para transformarlo en teatro si el desarrollo de los acontecimientos lo requería.
En febrero de 1930 la Junta Municipal acordó autorizar al Sr. Rico Albert, ya desligado del Sr. Rojo, la construcción de un cinematógrafo, nuevo “Kursaal” que debía alinearse con el edificio de la Cámara de Comercio y ajustarse plenamente a las condiciones impuestas por la Comisión de Espectáculos de Melilla.
Recordemos que el primitivo “Kursaal” no cumplía la normativa de espectáculos, e incluso la Sesión Permanente de la Junta Municipal ( Ayuntamiento ) a primeros del mes de junio de 1928, requirió su transformación tal como recogió las páginas del diario local “El Telegrama del Rif” de fecha 3 de junio de 1928: “Sesión Permanente de la Junta Municipal. Barracón Kursaal, se comunica a su propietario proceda a dejar libre un trozo de vía pública que usufructúa, para los efectos de urbanización de los terrenos próximos a dicho local…( y ) que se realicen antes de fin de año las obras previstas en las ordenanzas”. Indicando igualmente respecto al Teatro Alfonso XIII, “se le reitera al propietario que antes del 31 de diciembre del corriente año, deberá proceder a la demolición del mencionado local, al igual que las casetas de la Plaza de España”.
Estas medidas formaban parte de un completo conjunto de actuaciones promovidas por la Junta Municipal, un organismo provisional a caballo entre la Junta de Arbitrios y el Ayuntamiento, dirigido por el periodista Cándido Lobera y el ingeniero Francisco de las Cuevas, con la finalidad de embellecer la ciudad.
Luego de entrar en funcionamiento el nuevo cinematógrafo “Kursaal”, en el año 1932 se abrió el Teatro-Cine “Perelló” y terminó de construir el cine “Monumental”. Quedando únicamente como teatros en la ciudad las salas del “Reina Victoria”, denominado “España” tras la proclamación de la II República y el Perelló. Situación que aprovechó el Sr. Rico como propietario del “España” y nuevo “Kursaal” para derribar el primero en 1934 y transformar el segundo en teatro- cine a lo largo del año siguiente, en 1935. Construyendo un escenario y los correspondientes camerinos sobre el solar que había dejado libre junto al edificio de la Cámara de Comercio. A partir de ese momento el “Kursaal” fue el único teatro ubicado en el centro de la ciudad.
Interior del Cine Nacional

Nuevo “Kursaal”
El 19 de mayo de 1930 comenzó a derribarse el antiguo barracón de madera, para construir sobre su solar un nuevo edificio destinado inicialmente a cine y más adelante también espectáculos de teatro. Así como capacidad para albergar dos mil quinientos espectadores. Se levantó el nuevo edificio, de mampostería y de acuerdo con un proyecto de Enrique Nieto y Nieto. La obra fue ejecutada por el contratista Pedro Martínez Rosas, y pasó a denominarse “Gran Teatro Kursaal”.
Y cuando apenas habían transcurrido cinco meses del inicio de las obras de construcción, este local de espectáculos abrió sus puertas el 31 de octubre de 1930. Evidentemente con carácter provisional, pues los trabajos continuarían desarrollándose, si bien el diario “El Telegrama del Rif” del mismo día 31 en su primera página calificó el acontecimiento como de “inauguración”.
Aunque consideramos que la auténtica inauguración del nuevo local propiedad del señor Rafael Rico, se retrasaría hasta el martes 14 de abril de 1931, cuando tuvo lugar el inicio de sus sesiones de cine sonoro con la película alemana titulada en español “Sólo te he querido a ti”. Un film hablado y cantado que fue acogido con gran complacencia por parte del público. Entonces el diario El Telegrama del Rif, publicó una breve crítica donde se exponían pequeños fallos como la falta de alfombras destinadas a amortiguar los pasos del público y tapices que resguardaran las puertas de entrada, pues la ausencia de de estos sencillos elementos distraía enormemente la atención de los espectadores.
Mi abuelo Juan Díez Corona, en torno al año 1934 y coincidiendo con su transformación en teatro, trabajó en el “Gran Teatro Kursaal”.

Cine Nacional
En el transcurso del año 1937 el teatro “Kursaal” cambiaría su denominación por la de “Teatro Nacional” en atención a las directrices gubernamentales del nuevo régimen nacionalista y dictatorial que procuraba nombres españoles en lugar de extranjeros.
Convirtiéndose en la más importante sala cinematográfica de Melilla, luego del cierre en el año 1982 del “Monumental”. Y por ello, con ocasión de las Semanas de Cine se transformaba en el Palacio del Festival.


Prospecto del año 1946
Rafael Rico Albert
Propietario del primer teatro “Kursaal” que contó nuestra ciudad, nació el 12 de marzo de 1877 en el pueblo de Villena, provincia de Alicante. Si bien su familia residiría en Cataluña. Fue un hombre de negocios dedicado a los espectáculos teatrales que se instaló en Melilla a partir de 1909, pues en diciembre del siguiente año inauguró el local de su propiedad “Salón Imperial”. Años más tarde, en torno a 1916 también regentaría el “Parque de Atracciones”. Compartiendo igualmente la titularidad de los salones de espectáculos “Reina Victoria”, “Imperial” y “Kursaal” con el empresario don José Rojo. Hasta que desaparecidos los teatros “Reina Victoria” e “Imperial”, don Rafael Rico se hizo con la totalidad de la propiedad del nuevo “Kursaal” levantado en 1930, así como el “Salón Español” y “Real Cinema”, ambos emplazados en el Barrio del Real y el “Alhambra” con fachadas a las calles Colombia del Barrio de Cabrerizas Bajas y Palafox del Barrio de Batería J.
En el mes de septiembre de 1918 don Rafael Rico sufrió el fallecimiento de su primera esposa, doña Elena Vidal Ruiz. Contrayendo tiempo después nuevo matrimonio con doña Matilde Moreno.
Coincidiendo con el declive de los espectáculos teatrales en Melilla, don Rafael Rico establecería su residencia en Málaga a mediados de los años treinta. Capital andaluza donde ejercería de gerente de la ”Sociedad de Espectáculos”. Donde falleció el 15 de marzo de 1958, contando 81 años de edad.
El célebre periodista don Jaime Mariscal de Gante, fue cuñado de don Rafael Rico. Pues contrajo matrimonio con una hermana de la segunda esposa del Sr. Rico.
Marisca del Gante ejerció el periodismo en Melilla durante algún tiempo, a partir del año 1912 cuando llegó como soldado del regimiento de Caballería Alcántara, y luego desde Madrid, donde de estableció, enviaba regularmente a varios periódicos locales información telegráfica de temas de actualidad.
Un hijo de Jaime Marisca ejercería de Magistrado y una hija de éste, Margarita, llegaría a ostentar el cargo de ministra de Justicia.
En el año 1956, coincidiendo con la independencia de Marruecos don Rafael Rico decidió traspasar sus negocios cinematográficos en Melilla a la familia Pérez Hernández, propietaria de una cadena de salas repartidas por las provincias de Albacete, Murcia y Alicante. Una familia también con raíces en la población alicantina de Villena, allí donde nació el Sr. Rico. Y siendo uno de sus miembros, don José Pérez Hernández el encargado de administrar los locales de nuestra ciudad, tarea que durante algún tiempo compartió con un hermano del antiguo propietario, Juan Rico, quien falleció en Málaga el 28 de junio de 1962 a los 72 años de edad. Si bien, finalmente, don José Pérez Hernández años después quedaría como propietario único al dejar sus parientes estos negocios.

Colofón
En estos días la palabra Kursaal vuelve a estar de actualidad en Melilla, al reinaugurarse el antiguo local que llevó su nombre hasta 1937. Y luego de una impresionante reforma. Todo un triunfo de una ciudadanía que deseosa por contar espectáculos teatrales de calidad, tal como antaño tuvo la ciudad, ha encontrado positiva y feliz respuesta del Gobierno local.
Confiemos que las veladas teatrales que nos depare este flamante “Kursaal” sigan la exitosa trayectoria de su antecesor, y del que es fiel heredero, el teatro “Reina Victoria”. Que también fue propiedad del Sr. Rico Albert y por cuyo escenario actuaron las mejores compañías nacionales, ofreciendo las mejores temporadas de espectáculos que conoció Melilla.

Artículo publicado en “La Gaceta Local”, suplemento del diario “Melilla Hoy”, el jueves17 de marzo de 2011. Con el título de “El antiguo Kursaal de Melilla: su historia y sus secretos”.

Juan Díez, es autor del libro “Melilla y el mundo de la imagen. Aproximación a la fotografía, el Cine y la Televisión”, publicado por la Ciudad Autónoma de Melilla en el año 1997. Y coautor de la obra “Memorias del Cine. Melilla, Ceuta y el Norte de Marruecos”, editado por la Ciudad Autónoma de Melilla en 1999.