sábado, 10 de septiembre de 2011

QUE VISITAR EN MELILLLA


Gran Teatro Kursaal


Vestibulo de la Consejería de Hacienda







Melilla la Vieja
Se compone de cuatro recintos fortificados con:
Los baluartes:
De la Concepción, Alta, véase Museo Militar (2) y Baja, de San Pedro, de las Cinco Palabras Y San José Alto.
Los túneles:
La Victoria I, de la Marina, de Florentina, de Santa Ana
I la Victoria II, del Hornabeque,
Las puertas monumentales:
La Marina, Santiago y la de las Cinco Palabras
Las torres o torreones:
Florentina, de las Cabras, del Bernal Francés del Bonete Chico, del Bonete Grande o del Faro, de San Juan, del Vigía de Tierra, la Ampolleta Nueva y la Ampolleta Vieja
Los Hospitales:
Del Rey, véase Hospital del Rey (3) y de San Francisco, véase Museo de la Botica o Farmacia de San Francisco (4)
Los almacenes:
De las Peñuelas o del Principal véase Museo de las Peñuelas (5), San Juan Nuevo, véase Asociación de Estudios Melillenses (6), San Juan Viejo, Florentina, Concepción, véase Museo Militar (2), la Torre del Reloj, véase Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (7)
Los fosos:
Del Hornabeque, de los Galápagos
Los puentes:
Del Hornabeque, de Santiago
Las Cuevas:
De Florentina, del Conventico (8),
Las Minas:
De San José Bajo, de
Los Cuarteles:
De la Maestranza de Ingenieros, de Santa Ana
Además de:
La Capilla de Santiago, la Iglesia de la Concepción…
Las plazas:
De la Maestranza, de los Aljibes, de Estopiñán, de la Parada…
En Melilla se pueden visitar:
Museos y salas de exposiciones temporales:


Museo de Melilla Almacenes de las Peñuelas (5):
Museo Arqueológico e Histórico
Museo Etnológico Sefardí Bereber

El actual Museo Municipal de Melilla se remonta a principios del s. XX, cuando D. Rafael Fernández de Castro comenzó a recopilar las piezas y el material resultante de las excavaciones del Cerro de San Lorenzo. Ubicado en el edificio de la Junta de Arbitrios, este compendio de piezas no fue considerado oficialmente como museo, ya que no hubo catalogación ni exposición al público de los restos hallados en las excavaciones.
No fue hasta años después cuando el Museo Municipal aparece como tal en el subsuelo del templete de música instalado en el Parque Hernández. Es la primera vez que los ciudadanos melillenses pueden tener contacto con la historia de su ciudad. La precariedad del edificio y la inadecuada presentación de los fondos que en él se mostraban hacen pensar a las autoridades de la época en la necesidad de buscar una nueva ubicación.
A mediados del s. XX, el Baluarte de la Concepción acogerá un museo histórico con dos secciones fundamentales: Arqueología y documentación, complementadas con fondos militares y emblemas heráldicos. En este baluarte, situado en el Primer Recinto Histórico de Melilla La Vieja, el Museo permanecerá hasta los años 80.
La Casa del Reloj ha sido, hasta fecha reciente, el emplazamiento del Museo de Arqueología e Historia de Melilla. Este edificio situado en la Plaza Pedro de Estopiñán se encuentra inmerso en el Primer Recinto Histórico de la ciudad y comenzó a ser utilizado como museo en 1.987. Diez años después se llevó a cabo su última reforma en profundidad para adaptarlo a los criterios impuestos por la llamada "nueva museología".
La Corporación quiso recuperar la imagen histórica del edificio de las Peñuelas y al mismo tiempo dotarlo de una nueva funcionalidad acorde con su carácter monumental, convirtiéndolo en la sede del museo de la ciudad de Melilla, comenzando las obras en el año 2007 a iniciativa de la Consejería de Cultura de esta Ciudad Autónoma.
Situados en un marco inigualable como es Melilla la Vieja con más de 500 años de historia, los almacenes de las Peñuelas están declarados como Bien de Interés Cultural debido a su atractivo histórico y monumental.
La superficie construida en planta baja es de 751,70m2, mientras que en su planta alta es de 1.005,05 m2, lo que suma un total de 1.756,55 m2.
Desde el siglo XVI, estuvieron en su lugar los "Magacenes de su Majestad", que en un principio eran varios edificios con un patio central que albergaba diferentes estancias donde se guardaban los bastimentos.
El paso del tiempo, la poca calidad y consistencia de sus materiales determinaron la construcción de unos nuevos almacenes que pasarían a denominarse Las Peñuelas en el año 1781, bajo el reinado de Carlos III y el mandato del gobernador Antonio Manso, como podía leerse en una antigua placa en la fachada. La envergadura de su construcción lo convertiría en uno de los edificios fundamentales de Melilla en su "Siglo de Oro" (S. XVIII).
Funcionales e indispensables para la ciudad y sus habitantes, servían para guardar los diferentes productos y materiales que llegaban a la ciudad para su abastecimiento. Los nuevos almacenes constaban de seis sólidas bóvedas a prueba de bomba en sus dos plantas, cuatro en la primera y dos en la baja, hechas de rosca de ladrillo y techo a dos aguas para cada bóveda. Una tercera bóveda en la planta baja, se utilizaba como paso subterráneo entre la plaza de los Aljibes y la zona de San Juan.
A finales de siglo XIX, Melilla comenzó a transformarse a un ritmo acelerado, doblando y triplicando su población en pocos años, lo que conllevó la ocupación de todo el espacio disponible e incluso edificando sobre edificios ya existentes. Este fue el caso de estos almacenes, pues en 1897 el General Alcántara construyó encima de las bóvedas el teatro Alcántara, una residencia para el gobernador y un Casino Militar, causando una monumental distorsión del edificio original.
El teatro desapareció, pero las dependencias militares continuaron desvirtuando el edificio hasta la ejecución del proyecto de restauración del edificio, llevada a cabo por la Ciudad Autónoma, para convertirlo en museo de la ciudad.

El Museo está dividido en 5 secciones: Prehistoria, Rusaddir fenicia y púnica, Mauros y romanos, Malila Islámica, Época moderna en Melilla, La Melilla Contemporánea, Bereberes y Sefardíes.
Calle de la Maestranza, 2-4
Horario de Invierno: de martes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:30.
Domingo de 10:00 a 14:00.
Horario de Verano: de martes a sábado de 10 a 14:00 y de 17:00 a 21:30.
Domingo de 10:00 a 14:00.
Prehistoria

La prehistoria en nuestra Ciudad es hablar del neolítico en Chafarinas. El Zafrín nos muestra una instantánea del V milenio antes de Cristo y por tanto del entorno mediterráneo. No sería muy distinta en toda la costa sur de Alborán y sin duda la pesca, la caza de focas y la agricultura serían las actividades económicas, comunes a todos los hombres de neolítico Cardial. Una nueva forma de vida que se extiende desde el Creciente Fértil hacia el Oeste por las costas del Magreb hasta alcanzar el Estrecho de Gibraltar y por la costa norte del Mediterráneo.
Rusaddir fenicia y púnica

"Rusaddir fenicia y púnica" nos vincula con el Mar Mediterráneo y el proceso colonizador emprendido por distintas civilizaciones, primero del pueblo fenicio y después de la armada de Cartago. Retazos de Rusaddir aportados por la investigación arqueológica que toman forma de ánforas, platos y monedas, un rico legado que conectará con la sensibilidad del espectador.
Mauros y romanos

La sala "Mauros y romanos" recoge el intenso proceso asimilador de las ciudades ribereñas a finales del primer milenio antes de nuestra. Un encuentro entre distintas culturas, donde mauretanos e íberos jugarán un delicado equilibrio ante la poderosa Roma. La vida y la muerte de los habitantes de la milenaria Rusaddir confluirán para acercarnos a una forma de concebir la existencia no tan distinta a la de nuestros días.
Malila Islámica

La ciudad de Malila surge con los Banu Salih a principios del s. VIII pero habrá que esperar hasta el 936 para verla resurgir con Abderrahman III. Durante el s. XI se convertirá en una verdadera taifa bajo el gobierno de Muhammad ibn Idris al-Mostali, viendo posteriormente como almorávides y almohades la atacaban y saqueaban. Los benimerines conseguirán incluirla en los circuitos comerciales del mediterráneo, estableciendo contactos con aragoneses y genoveses.
Melilla española, siglos XVI-XIX
Desde su refundación como ciudad española en 1497 y hasta finales del siglo XIX, Melilla se va a convertir en una ciudad fortaleza definida por sus murallas. En su historia se sucedieron grandes acontecimientos junto a otros hechos más vinculados al día a día de una ciudad de frontera.
En estas salas se exponen diferentes elementos que nos permiten entenderla: placas conmemorativas y elementos heráldicos, planos y una maqueta que nos muestra el estado de la ciudad en 1847. También encontraremos diferentes elementos de la vida cotidiana extraídos de las últimas excavaciones arqueológicas, sobre todo piezas de cerámica y vidrio, sin olvidar otros que nos delatan diversos oficios o actividades, como la pesca.
Melilla contemporánea


Melilla consigue fijar sus límites jurisdiccionales en los acuerdos y tratados firmados con Marruecos en 1859 y 1860. La fortaleza empieza a transformarse en una ciudad moderna, asentando su perímetro urbano sobre los nuevos fuertes exteriores que se construyen a partir de 1881. Posteriormente los ingenieros militares trazan una ciudad abierta y racional, sembrada de edificios que nos remiten a las tendencias más cosmopolitas del Modernismo y del Art Déco, que representan la principal herencia patrimonial del siglo XX en Melilla.
Bereberes

El término bereber identifica a los pobladores del África septentrional, desde los desiertos de Egipto al océano Atlántico y desde las costas del Mediterráneo al interior del Sahara. Es un nombre genérico dado a numerosos grupos étnicos heterogéneos que comparten prácticas culturales, políticas y económicas similares. El bereber (sing., amazigh, pl. imazighen) y su idioma, el tamazight, habita todo el norte africano desde los primeros tiempos de la historia, ocupando habitualmente regiones montañosas y aisladas. Sin embargo, es un pueblo de una gran riqueza cultural de antiguas tradiciones arraigadas que perduran hasta nuestros días a través de su arte, sus costumbres y su gente.

Sefardíes
A partir de mediados del siglo XIX, Melilla contempla la posibilidad de pasar de ser una fortaleza a convertirse en una ciudad con marcado carácter comercial. El Tratado de Límites (1860) y el estatuto de Puerto Franco (1862) son los dos jalones que propician, a partir de 1863, la llegada de los primeros judíos procedentes de Tetuán, que ponen en marcha la maquinaria mercantil. Medio siglo después, con la llegada de judíos de la zona central de Marruecos, el número de avecindados hebreos sobrepasa el millar y medio, y la dinámica comercial es un signo de identidad genuinamente melillense. (1)
Asociación de Estudios Melillenses (6), además de contar con una muy interesante Biblioteca y Hemeroteca, esta asociación dispone de muy nutridos fondos etnólogicos de la ciudad, colecciones de cuadros de importantes Melillenses, una maqueta del Cargadero de Mineral de la C. E. M. R. (Compañía Española de las Minas del Rif) y y planos de los futuros trazados del ferrocarril de dicha compañía , recuerdos militares, de antiguas placas de calles y plazas del barrio de Medina Sidonia, y carteles y propaganda tanto de comercios como de la feria de Melilla
Casa del Reloj. Museo de Arte Español Moderno y Contemporáneo, en la Torre de la Vela (antiguo Museo Municipal), cerrado por reformas (7)

La Casa del Reloj ha sido, hasta fecha reciente, el emplazamiento del Museo de Arqueología e Historia de Melilla. Este edificio situado en la Plaza Pedro de Estopiñán se encuentra inmerso en el Primer Recinto Histórico de la ciudad y comenzó a ser utilizado como museo en 1.987. Diez años después se llevó a cabo su última reforma en profundidad para adaptarlo a los criterios impuestos por la llamada "nueva museología". Desde entonces posee la configuración que tiene en la actualidad, con tres plantas y una torre de cinco pisos.
Actualmente en proceso de reforma, albergara la pinacoteca de arte español moderno y contemporáneo.
Plaza Pedro de Estopiñán, s/n
Actualmente en obra. (1)


Museo de Arte Sacro, en la Calle de San Miguel (8)
Museo de la Farmacia o Botica Militar, cerrado por reformas (antiguo Hospital de San Francisco) (4)
Museo Histórico Militar, Baluarte de la Concepción (2)

La gran raigambre histórica que las Fuerzas Armadas comparten con Melilla, es algo notorio y presente en cada momento del devenir de la Ciudad a través del tiempo, desde los lejanos tiempos de su fundación por colonizadores fenicios, la presencia de las armas españolas han hecho de este enclave antiguo un reducto vinculado a conceptos de estrategia, supervivencia y de hechos bélicos. De ahí la necesidad de que la ciudad de Melilla contase con un Museo Histórico Militar.
El Museo Histórico Militar se sitúa en el "Baluarte de la Concepción", en la cota más elevada de Melilla la Vieja o Villa Nueva, en el extremo nororiental del primer recinto defensivo, sobre un espolón rocoso que flanquea la Ensenada de los Galápagos, constituyendo en sí mismo una defensa, cuyo perímetro se adapta a la escarpada topografía del terreno, englobando una serie de elementos diferenciados, bajo el nombre genérico del BALUARTE DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN.
Su construcción se inició en el siglo XVI, tomando su configuración actual a finales del siglo XVIII. Construido como Baluarte defensivo, fue subiendo en altura hasta conseguir la misma cota del cerro del Cubo, con el adarve superior del
"Caballero" enfrentado al "Padrastro" (nombre con que se denominaba a dicho cerro) y como respuesta por el fuego al principal ataque en contra de la ciudad. Se empleó como Almacén de Pólvora, Prisión, Gabinete de Meteorología, Viviendas de gentes humildes... hasta su adaptación en 1.953 como Museo Municipal, permaneciendo en esta situación hasta su nuevo emplazamiento y traslado a la llamada Casa de la Torre del Reloj, sede del nuevo Museo Arqueológico de la Ciudad.
Cedido en 1.997 por la Ciudad Autónoma a la Comandancia General de Melilla, abre sus puertas el día 15 de Julio de 1.997 con motivo de la muestra "V Centenario de Historia Militar", acto al que asistieron las primeras autoridades de la Plaza, tanto civiles como militares, siendo su primer Coronel Director D. Miguel García Caballero. Tiene una superficie total de 1.100 m2.
Y en un futuro inmediato, será cedido por la Ciudad Autónoma, el Baluarte de la Concepción Baja, así como el conocido Despacho del Cronista y si no se derriba la Casa del Farero (casa cuya construcción data de primeros del siglo XX), quedaría todo el conjunto histórico-artístico de la CONCEPCIÓN como Museo.
Martes a Domingo de 10:00 a 14:00.
El Baluarte de la Concepción Alta

Construido sobre Concepción Baja, en su cara norte se encuentra la Batería de la Concepción Alta con cañoneras para cuatro cañones y explanadas para tres morteros. Es el punto más alto de Melilla la Vieja, donde ondea la Bandera Nacional y desde donde se divisa una panorámica de la Ciudad. Aquí se da la charla donde se explica la historia de la Ciudad y desde donde se divisan los cuatro recintos defensivos de la Ciudad.
Terrazas

Antigua subida para las piezas de Artillería, convertida hoy en escalera. Se emplean para Exposiciones Temporales al aire libre. Superficie de Exp. Temporales: 800 m2.
Almacén de Pólvoras

Con dos Plantas que son las actuales Salas de Exposición, cuya Planta Baja comunica por unos peldaños con la "lengua de sierpe" terminando ésta en el antiguo y pequeño Torreón de San Sebastián. Superficie de Exp. Permanente: 216 m2.
Cuerpo de Guardia

Adosado al Portón de entrada, de reducidas dimensiones (son las Oficinas actuales del Museo). (1)
Museo de Regulares, cerrado por reformas ubicado en la Base Militar Alfonso XIII
Museo de la Legión, ubicado en el Fuerte de Cabrerizas Altas
Museo del Automóvil


La intención con la que se realiza este Museo del Automóvil en Melilla, es la de dar un paseo por la historia de nuestra ciudad en el último siglo utilizando como nexo el automóvil o por decirlo de otra forma, hacer un repaso de la evaluación de la industria automovilística y su relación con el melillense.
En este caso se crea con el claro y firme criterio de ser una institución para el conocimiento de la historia y acontecimientos acaecidos en nuestra ciudad y que tuvo como personaje principal al automóvil.
No se pretende ver al vehículo como un conjunto de mecanismos y/o una bonita carrocería o como objeto para medir el nivel social de quien lo conduce, sino como el verdadero fenómeno que ha revolucionado los últimos 100 años de la historia de todo el mundo.
Todos los museos de autos tienen una línea argumental, unos la evolución de la técnica, otros el diseño de carrocerías, o simplemente como exposiciones mono-marcas.
Dispone de unas instalaciones donde se exponen más de una treintena de vehículos y otras tantas motocicletas, además de multitud de herramientas, piezas, letreros de publicidad, surtidores de combustible, utensilios de taller, motores, emblemas, matriculas... de distintas épocas, relacionadas con el mundo del motor, y todo ello correctamente distribuido por paredes y expositores, para observar la evolución estética y la técnica automovilística a través de los años.
Ctra de Hidum, s/n, esquina con Falangista Rettlang, 46
Tel. 952 680 144 / 952 686 056
Fax. 952 685 722
Horario: de lunes a viernes de 10:30 a 14:00 y de 17:00 20:00 h. Sábados de 10:30 a 14:00 h.
Museo de la Electricidad

Museo de Arte Egipcio, cerrado por reformas - Sala de Exposiciones Temporales de Gaselec
Fundación GASELEC

Exposición Permanente sobre Egipto Era el año 1.987 cuando D. Gustavo Cabanillas, presidente de Gaselec, viajaba por primera vez a Egipto. Seducido por la historia y la cultura antigua de este país, comenzó a formar una pequeña colección privada con cuidadas réplicas de las piezas más emblemáticas halladas en territorio egipcio. Sus continuos viajes a este país le hicieron ampliar notablemente su colección. El 17 de septiembre de 2.003 nació la Exposición Permanente sobre Egipto de la Fundación Gaselec. Era un intento altruista de su fundador de dar a conocer todas aquellas maravillas obtenidas en sus periplos.
Una réplica exacta del busto de Nefertiti, una copia de la piedra Rosetta o una tumba egipcia saqueada son algunas de las maravillas que ofrece este museo, que con más de 850 reproducciones de auténticas piezas del Antiguo Egipto pretende convertirse en un lugar interactivo en el que grandes y pequeños disfruten no sólo de un museo sino de un conjunto de actividades complementarias como un ordenador que traduce nuestras palabras al lenguaje de los jeroglíficos o una sala que ofrece más de 50 documentales sobre las civilizaciones egipcias.
El museo, albergado en la Sala de Exposiciones de la Fundación Gaselec, posee tres plantas ordenadas de la siguiente manera:
PLANTA BAJA.
Sin estar relacionada con Egipto ni con el mundo de los faraones, lo más llamativo de esta planta es una enorme puerta de 1.893 de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Melilla, que fue recuperada por Gaselec cuando se demolió el edificio, situado en la zona del Mantelete.
Aproximadamente unas 250 fotografías sobre Egipto y otras tantas reproducciones en miniatura de estatuas egipcias llenan esta sala, en la que también hay una pequeña tienda para todo aquel que desee llevarse un recuerdo de su inmersión en esta peculiar visita al legendario país.
Primera Planta. La joya de esta sección es una reproducción de la tumba de Tutankhamon, realizada por Juan José Llorens, en la que el visitante puede contemplar con detalle el interior de la pirámide y descubrir todos sus pasadizos y accesos a la cámara mortuoria. Junto a ella grandes planos nos revelan cómo eran las principales ciudades del Antiguo Egipto y quiénes las gobernaban. Con detalle se explica la dinastía de Tutankhamon, cómo era su tumba y cuándo y por quién fue descubierta. Todo un recorrido por el descubrimiento de uno de los tesoros ocultos en Egipto.
También en esta planta podemos encontrar el interior de una tumba egipcia saqueada en la que más de 50 documentales, de media hora cada uno, nos explican la historia de los faraones, cuáles eran sus dioses o cuál era la mejor manera de embalsamar una momia. No olvidéis en esta sala visitar el cuarto de baño, una curiosa sorpresa se oculta tras la puerta.
SEGUNDA PLANTA.
"Veo cosas maravillosas". Éstas fueron las únicas palabras que acertó a pronunciar Howard Carter al ver por primera vez el interior de la tumba del faraón Tutankhamon. Era el mes de noviembre de 1.922 cuando tras más de siete años de incesante búsqueda encontraban la tumba faraónica. Réplicas exactas de los tesoros originales que allí se hallaron y un análisis exhaustivo de lo que fue el trabajo de los arqueólogos Howard Carter y Lord Carnarvon en el Valle de los Reyes conforman el gran reclamo de esta planta, en la que también encontramos una copia exacta del sarcófago de Tutankhamon, 65 paneles con más de 275 fotografías y una amplia información técnica sobre lo acontecido en la apertura de la cámara mortuoria.
Pero el apasionante mundo de los jeroglíficos no podía dejarse atrás. En esta planta existe un espacio dedicado íntegramente a la piedra Rosetta y a sus innumerables estudiosos. Una sección dedicada a cómo se alimentaban los habitantes del Antiguo Egipto no es la única curiosidad de esta planta, en la que también se hallan realistas reproducciones de momias y más de 850 réplicas de piezas antiguas colocadas por temas.
Plaza Rafael Fernández de Castro y Pedrera, s/n
Tel. 952 695 575 (1)


Hospital del Rey (3)
Melilla preserva los fondos y documentos de su rico patrimonio bibliográfico en el Hospital del Rey, espacio simbólico y físico del testimonio existencial de los melillenses.
FONDOS DOCUMENTALES
ARCHIVO HISTÓRICO DE MELILLA creado en 1.969. Cuenta en los fondos con los protocolos notariales de las Escribanías de Guerra de Melilla y las Islas Chafarinas (s. XVIII y XIX).
ARCHIVO CENTRAL DE MELILLA creado en 1.987. Alberga los fondos de la Junta de Arbitrios (1.879-1.927), Junta Municipal (1.931-1.995). Se han ido incorporando los documentos administrativos generados por la Ciudad Autónoma de Melilla e históricos (Fondos de Melilla, Quinto Centenario, Catastro) y de otras áreas geográficas (Fondo Vélez-Málaga).
COLECCIONES GRÁFICAS incluye colecciones fotográficas, cartográficas y de grabados. Las datas de estos fondos se extienden desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.
BIBLIOTECA CÁNDIDO LOBERA alberga fondos especializados dedicados a los autores y temas melillenses, al protectorado de España en Marruecos, y a la cultura amazige.
BIBLIOTECA TÉCNICA DEL ARCHIVO. Colección especializada en temas archivísticos y biblioteconómicos.
DIFUSIÖN DE PATRIMONIO
SERVICIO DE PUBLICACIONES, con un fondo editorial de ciento diez títulos. Lleva a cabo la publicación de obras de autores y temas melillenses.
EXTENSIÓN CULTURAL: programación de actividades de carácter cultural y divulgativo (Semana del Libro, exposiciones, conferencias).
SALA DE INVESTIGADORES, con dieciséis puestos de trabajo.
Archivo Central de la Ciudad de Melilla
Plaza de la Parada, 1
Tel. 952 680 144 / 952 686 056
Fax. 952 685 722
Horario: de lunes a viernes de 9:00 a 14:00.
(1)
Teatro kursaal, Avenida Cándido Lobera
Centro Cultural Federico García Lorca, UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), Avenida Reyes Católicos
Biblioteca de Melilla, Plaza de España
Real Club Marítimo de Melilla,
Iglesias dignas de visitar:
Iglesia de la Concepción o del pueblo, en la Calle de San Miguel
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, antes denominada del Llano
Iglesia de del antiguo Hospital Militar (actual Hospital Universitario de Melilla)
Edificios dignos de visitar:
Palacio de la Asamblea
Centro Cultural de los Ejércitos (Casino Militar), Plaza de España
Casino Español, Calle Ejército Español
Antiguo Hospital de la Cruz Roja (sede de la Consejería de Economía, Hacienda, Patrimonio y Contratación)
Cámara de Comercio
Cine – Teatro Perelló,
Comercios dignos de visitar: Gran Farmacia Moderna
Vicente Martínez – Droguería Modelo
Parques:
Parque Hernández, Plaza de España
Parque Lobera, Avenida Cándido Lobera
Parque Forestal Juan Carlos I Rey
Otros sitios de interés:
Cuevas del Conventico, con acceso desde el Museo de Arte Sacro
Cuevas de San José Bajo
Aljibes, Túnel de Santa Ana, Capilla de Santiago, Plaza de la Avanzadilla y Puerta de Santiago
Cuartel de Santa Ana, Cuarte de la Maestranza y Aljibe Viejo, Bar las Polillas, Escuela de Hosteleria y Escuela de Empresarios
Mezquita Central
Sinagoga Orrr Zorah (Luz Santa o Sagrada).

Fuente: Página Web Oficial de Información Turística de Melilla.
Pagina con información sobre Melilla la Vieja

Juan Daniel Diez González

jueves, 1 de septiembre de 2011

MELILLA DE MIS RECUERDOS




Visitantes y anfitriones junto al Fuerte de Rostrogordo


Melilla, julio de 2011

Ya en Málaga, la espera para embarcar en ”El Rápido” se hacía interminable. Mi corazón estaba alborozado; seguro que en algún momento alcancé las cien pulsaciones, cuando los galenos me tuercen el gesto si paso de sesenta. ¡Qué diferencia con El Vicente Puchol y el J.J. Lázaro de aquellos tiempos!, algunos de ellos, habían sido transformados dejando atrás el vapor; también prestaron servicios en la guerra civil. ¡Qué noches más largas! Niños que lloraban, camareros que no daban abasto para ayudar a los que se ahogaban en sus propios vómitos. Este Rápido es un placer. Me separaban de ambas imágenes solo sesenta años, ¡solo sesenta! Toda una vida. Casi sin darme cuenta, estaba frente a Tres Forcas. Se detuvo el catamarán unos minutos que se me hicieron eternos; esperaba la salida de otro buque. A través de la bruma que este 15 de julio de 2011 cubría el Mediterráneo, mis ojos intentaban taladrar la niebla para ver con claridad la enhiesta majestuosidad de Melilla La Vieja, objeto de deseo durante siglos de piratas y corsarios; y el Fuerte Victoria Grande, que sin verlo, lo recordaba como punto de partida de esa linde, que la bala del cañón Caminante, marcaría como zona de seguridad infranqueable.

El corazón brincaba en mi pecho al doblar el morro. Acostumbrado a ver grandes puertos, me pareció pequeño; mas pude comprobar las ampliaciones practicadas en el transcurso del tiempo. Un edificio terminal, propio de una ciudad única, continuó sorprendiéndome. A partir de ese momento, comenzó mi maratón por revivir en un fin de semana, miles de recuerdos reposados durante tantos años en el baúl. Llevaba conmigo parte de mi familia; cuatro hijos, dos, con sus parejas, mi mujer y yo. Dos taxis, a una velocidad más que respetable y lógica, pues trataban de realizar el mayor número de viajes aprovechando la llegada del barco, nos dejan en el Parador.

Aún no habíamos terminado de entregar nuestras reservas, y se nos apareció nuestro ángel de la guarda. Juan Díez y su hijo Dani. Días antes, pocas palabras fueron precisas para informar por correo a Juan de nuestro proyectado viaje. En veinticuatro horas, supo condensar lo que hubiera supuesto una semana para documentarnos sobre la actual Melilla. Generosos cicerones, fueron abriéndonos las puertas allá donde fuésemos, con la documentada información técnica e histórica, no solo de Juan, sino de un niño con trece años, Dani, al que aún le sobró memoria y talento, para ilustrarnos sobre la historia antigua y moderna de Melilla. No quiero hacer una descripción exhaustiva de nuestro recorrido. Pero disfrutamos de todo el conjunto histórico, incluida la visita a museos; el Ayuntamiento con su majestuosa escalera que conduce al salón de plenos; el inmenso cuadro de Maeso; las vidrieras; la atención del guardia, que excediendo sus funciones, nos vendía como el mejor guía posible su Melilla.

La visita a ese arcano insondable, que es la Asociación de Estudios Melillenses, y que son necesarios muchos días para conocerlo en profundidad, y Jesús M. Sáez, nos ilustró apasionadamente sobre cada uno de los recuerdos que allí se atesoran. El casino militar, cuando de jóvenes íbamos a bailar; con sus salones, el hall de la primera planta, porticado con mármoles blancos festoneados de traviesas negras formando un tablero de ajedrez unicolor. No ha perdido su encanto primigenio donde tantos jóvenes cadetes encontraron sus novias. La visita a Rostrogordo, y su área recreativa, nos dieron otra imagen nueva y actualizada.¡Y Melilla! La Melilla de mi juventud, tan guapa, tan presumida de ser la ciudad, en relación a su tamaño, con la mayor muestra de arquitectura modernista de España; el tiempo no ha podido con la obra de Enrique Nieto que quiso abandonar la sombra del genial Gaudí para crear su propio estilo; y otros tantos arquitectos que dejaron su impronta, y que logrará en un futuro, porque lo merece, ser considerada patrimonio de la humanidad. Sus calles adornadas con bonsáis que respiran, y no se sienten constreñidos por la tortura del sistema japonés. Y mi Parque Hernández, tan impresionante, que aún conserva el marchamo de aquel parque familiar y exuberante, donde los jóvenes con nuestras novias pelábamos las pocas pavas posibles, y sí demasiados cartuchos de pipas; y albergaban en la feria a los vocalistas que animaban los siempre esperados bailes; y el estanque de patos… pero todo eso es nostalgia, hoy, aún está más bonita.

Como nostalgia fue visitar la Iglesia de la Medalla Milagrosa; allí en ese pequeño altar, hace 54 años nos casamos; las lágrimas de emoción al fin brotaron imposibles de contener. Volvíamos a hollar aquel santuario, que hoy, solo abre al culto para una decena de ancianos. Su plaza de toros donde pude disfrutar en la década de los 50 viendo torear a los novilleros Puerta y Camino. Y aquel chiringuito famoso, que con sabia receta secreta preparaba unos pinchitos únicos, Sadia, y convertía su Rinconcillo en el lugar preferido de Melilla, ¡El Rey de los Pinchitos! siempre lleno, ¡cuatro pinchitos y una ración de langostinos de la Mar Chica! Gritaban, y los clientes formando tres filas. Nostalgias… Los seguidores de aquel Sadia, tratan de emularlo.


El Mantelete, con una muestra residual de aquel mercadillo bullicioso de siempre, que compensamos el pasado, en los aledaños, con el disfrute de unas excelentes ruedas de churros y enormes vasos de té con hierbabuena, que sin duda rememoraron un ayer mejorado. ¡Qué le ha ocurrido a mi mercado! Aquel mercado donde abundaban las verduras, y el pescado saltaba de sus mostradores a causa de la frescura. Donde el pobre podía comer con jurelitos y sardinillas por muy poco dinero, y no eran causa de envidia otras especies para bolsillos más poderosos. ¡Está en ruina! ¡Y mi zoco! Sigue vivo, aquí vendí unas monedas hace más de sesenta años que me regaló mi tío Enrique; monedas de gran valor, y a causa de mi penuria económica juvenil vendí por veinticinco pesetas. Reconocí el lugar. Un comerciante musulmán melillense, tiene en el zoco un pequeño local, siempre lleno. Envasa al vacío cualquier especia dispuesta para cocinar tayines, pinchos, hareras o pastilas; además de regalarte unos recetarios te envía contrareembolso el producto que precises. Hoy un moderno mercado a tenor de los tiempos, abastece a la ciudad con todo lujo de comodidades.

Solo un reproche, era 16 de Julio. Abro un hueco en mi memoria. En estos días, hace una eternidad, ¡noventa años!, intereses ajenos a los que lo sufrieron, regaron sesenta o setenta kilómetros de sangre más de veinte mil personas de ambos bandos contendientes. Una protección no deseada por el indómito pueblo rifeño, nos llevó al sacrificio y al heroísmo inútil. Solo los noventa años de paz, tal vez sean la única justificación de aquella tragedia, que si tacho de inútil, es porque aunque noventa años sean muchos en una vida, son muy pocos para el olvido, y sentí como el pueblo español y en particular el melillense, perdió la memoria de aquellos calurosos días del mes de julio de 1921. Dirigí mis pasos, con toda mi familia, para agradecer en una visita no prevista, a aquellos que allí reposan por haber entregado prematuramente su vida por España. Sentí rabia por encontrarme el panteón cerrado. Debía haber alguien que en ese mes lo hubiera recordado. Me conformé con un recuerdo ante las fosas comunes que hay al pié. Tuve la sensación de que el silencio del camposanto, gritaba. Seguro. No era posible tanto olvido. La Plaza de las Culturas quizá simbolice esa convivencia que hoy disfruta Melilla, de la que me voy con la mochila llena de recuerdos renovados y nuestro agradecimiento a Juan Diez y a Dani que lo hicieron posible.

Alberto Boutellier- Julio de 2011